Miedos.

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Cuando llegue a la casa no pude evitar sentir el ki de Kakaroto, el muy maldito tenia el descaro de buscar a mi mujer después de todo lo que le había hecho. Tengo que admitir que una parte de mi tubo miedo ¿y si me dejaba? ¿si volvía con el y lo perdonaba? Rompí la cerradura de mala gana imaginándome una escena peor pero no. Milk era y es la mujer que yo esperaba parada frente a el molesta con su ki alto en señal de rabia. No pude evitar sentir celos al verlo al lado de mi mujer. Los dos terminamos peleando por ella. Cuando termine mal herido no pude evitar sentir felicidad al ver a MIlk a mi lado. Sollozando, desesperada con una de mis camisas puesta no pude evitar sentirme feliz de solo pensar que en esa situación me escogió a mi. Aun estoy sin poder creerlo acostado y algo adolorido a su lado. Después de que Milk me encontró en el bosque y me ayudo a llegar a la casa no volvimos a ver a Kakaroto. Pero sabia que el no dejaría las cosas así y mucho menos sabiendo que su mujer me amaba. Ya habíamos reparado el hoyo que había dejado Kakaroto gracias a las ganancias del restaurante de mi mujer.

Vi como Milk buscaba un maletín lleno de esas cosas terrícolas para sanar. Me quito la camisa con suavidad para quitar mis vendas y poner algunas nuevas. Esta tenia las piernas todas cortadas al parecer se había caído en el bosque. Yo me quede sentado en sima de la cama la conocía y sabia que si me ponía difícil me gritaría.

Deberías atender tus golpes mujer.- le dije cuando se sentó a mi lado para sanarme.

Estoy bien.- dijo seriamente.

Sabia que estaba molesta por lo ocurrido, la tome por la barbilla y la bese dándole las gracias por sanarme. Vi como se sonrojaba provocándome risa a estas alturas aun seguía sonrojándose por cada cosa que le hacia. En ese momento cuando se levanto de mi lado para guardar las cosas la tome del brazo con suavidad.

Milk si amas al cabeza hueca de Kakaroto deberías volver con el.- le dije seriamente. –creo que lo mejor es que no estemos juntos.-

No sabes lo que estas diciendo.- me contesto ignorándome dirigiéndose al baño pero la aguante nuevamente.

Créeme mujer conmigo jamás serás feliz.- le dije conociéndome bien viendo como se sentaba a mi lado nuevamente.

Jamas había visto a Milk con miedo, ella nunca sentía miedo al menos cuando estaba conmigo su reacción me impresiono.

¿Me...me quieres dejar?- dijo casi con poder hablar.

Yo solo quiero que seas feliz mujer.- le dije curvando una sonrisa.

Yo soy feliz, ¿por que te cuesta tanto creerlo?- me dijo algo molesta.- Estas tan acostumbrado a que te pasen cosas malas y cuando tienes una buena te asustas.-

Me quede callado pensando que esa mujer me conocía mas que yo mismo. Y era verdad estaba aterrado yo un poderoso sayayin aterrado de que esa mujer me dejara por el maldito Kakaroto. Me levante de la cama molesto ignorando el dolor en el cuerpo. Milk se paro de la misma manera, cerrando la puerta. Cruzando sus manos en el pecho.

Muévete mujer necesito entrenar.- le ordene seriamente.

Tu no iras a ningún lado no de esa manera.- me dijo mirándome con una mirada penetrante.

La tome del brazo para sacarla de mala manera pero esta no titubeo ante mi. Creo que era una de las pocas personas que no me temían.

MUEVETE MUJER.- le grite ya desesperado.

En ese momento Milk me beso, bajando todas mis defensas como un imbecil. Cada vez que discutíamos cada vez que me besaba se me olvidaba el por que peleábamos. Me abrazo y al tocar mi torso denudo no pude evitar sentir electricidad envolviéndola en mis brazos. Rodeando mis manos en su pequeña cintura, metiendo mi mano bajo su camisa para sentir la suavidad de su piel. Al sentir mi caricia Milk no pudo evitar gemir. Mierda comenzaba a excitarme de tan solo escucharla, de tan solo besarla. Esta se separo de mi acariciando mi cuello con su boca.

Escúchame sayayin orgulloso de mierda deja tus miedo, yo no te dejare jamás.- me dijo sensualmente luego me miro a los ojos con seriedad.- Te amo soy feliz a tu lado y eres lo mejor que me a pasado en la vida.-

Mmmm esa boca tuya mujer...debería arrancártela a besos por tu insolencia.-le dije sonriéndole.

La bese nuevamente, tomando su boca con brusquedad forzándola a gemir. Milk era la criatura mas sensual y hermosa que había tenido en mis brazos.

Juralo.-ordeno separándose un poco de mi.

¿Jurar que mujer?- le pregunte sin entender algo molesto por haberme dejado de besar.

Que jamás me dejaras.- me dijo sonriéndome.

Jamás te déjame mujer loca y obsesiva- le dije acariciando sus labios.

Te amo Vegeta, ya no se ni que hacer para darte de cuenta de lo mucho que lo hago.- me dijo abrazándome. – desearía que vieras lo que yo veo.-

No pude evitar abrazarla con mas fuerza suspirando con tranquilidad estando mas seguro que esa mujer jamás volvería con el insecto de Kakaroto. Alejando mi mayor miedo, el perderla.

Mujer solo hay una manera para que jamás me separe de ti...- comencé despegándome de ella un poco.

¿Cual?- pregunto sonriéndome besando mis labios con dulzura.

Que seas mi esposa.- le dije curvando una sonrisa al ver su reacción de impresión ella no contesto, ademas no era una pregunta ella seria mi esposa y punto final...

Mientras tanto en el planeta del Gran Kaiosama...

Goku se encontraba sentando debajo de uno de los árboles pensativo. Jamás había visto a su esposa mirar a de esa manera a otro hombre, pensando que realmente estaba enamorada de Vegeta. Goku sabia que en el fondo ya había perdido a Milk pero dentro de el tenia la esperanza de recuperarla algún día. Kaiosama se acerco al guerrero con paso decidido mirando el rostro entristecido de su alumno.

-Tenia razón Kaiosama Milk...esta realmente enamorada de Vegeta y es feliz.- le dijo Goku con la mirada perdida.

-Te lo dije cabeza hueca no debiste ir.- le dijo Kaiosama seriamente.

-Bueno ya no importa, entrenemos.- dijo el guerrero parándose decidido tratando de no pensar en nada que no fuera entrenar.

CONTINUARA.

BUENO MIS AMORES NOS VEMOS YA CASI CASI ACABANDO VAMOS HA VER QUE PASA HIHIH LOS QUIERO. COMENTEN.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora