La cena

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Entre un poco aturdida mirando el lujoso lugar, respirando con el corazón a mil. El recepcionista pregunto mi nombre y me trato como si fuera una persona importante, escoltándome hacia donde estaba Dilan. Al llegar a la mesa, Dilan se paró rápidamente de ella mirándome con asombro. Me hubiera gustado sacarle una foto, era la primera vez que un hombre me veía de esa manera. Tome la silla para sentarme, pero la movió por mí para que me sentara. Estaba muy ruborizada y él sonreía como si estuviera fascinado por esa manera de comportarme. No dijimos una palabra, pero no pude evitar mirarlo. Jamás había visto un hombre tan atractivo. Con una mirada penetrante, vestido como todo un empresario. Al verlo baje la mirada mirando el elegante plato que adornaba la mesa. Al ver mi reacción rio por lo bajo.

— Te ves muy hermosa. — dijo sonriéndome muy interesado.

— Gracias — tartamudee muy apenada.

Nos quedamos en silencio otra vez. El mesero llego con los menús, pero no tenía hambre cosa que percato.

— ¿No le apetece comer? — pregunto mirándome con una sonrisa.

— Lo siento mucho la verdad, no — le admití muy apenada.

— No importa, pediré algo para tomar. — dijo pidiendo al mesero uno de los vinos más caros del lugar.

De momento recordé las palabras de Vegeta y me dieron ganas de reír, "no te emborraches que mañana entrenaremos"

— Bueno, la cite aquí para pedirle una disculpa — comenzó tomando una copa de vino. — Cuando la vi en la tienda me llamo mucho la atención, deseaba conocerla. Bulma es una de mis mejores amigas en la compañía y le conté acerca de esa mujer que se topó conmigo en mi tienda. Ella me dijo que la conocía y es por eso que le regale el vestido.

Así que Bulma estaba detrás de todo eso- pensé curvando una sonrisa tomé un poco de aire mirado a Dilan con seriedad.

— Mire señor Raven, he sido muy grosera con ustedes. Deseo disculparme por mi comportamiento de ayer. Mi vida no ha sido fácil y no estoy acostumbrada a estos tratos. — Explique algo triste.

Dilan tomo mi mano que estaba en sima de la mesa con dulzura. Era agradable sentir su calor en mi mano, hacia mucho tiempo un hombre no me tocaba.

— Podríamos dejar las formalidades y decirme Dilan — pidió sonriéndome aún más.

No pude evitar reírme. Ese hombre sabía cómo impresionarme.

— Esta bien, Dilan — le conteste algo sonrojada.

— Y dime Milk, cuénteme sobre usted, desearía conocerla mejor, claro si me lo permite — dijo Dilan con suma educación.

Al parecer tenía miedo de que saliera corriendo de allí, cosa que en gran parte tenía planeado en mi cabeza.

Le conté de donde venía y que era una guerrera de artes marciales. De todos los torneos que estuve y como mi padre me había entrenado. Me escuchaba muy interesado hasta llegar a la parte de Goku. Le conté que mi esposo se había casado conmigo por una promesa de niños que me había hecho. Cosa que encontró muy divertido. Trate de no hablarle mucho de él, cada vez que lo recordaba me daba una tristeza profunda. Después hable orgullosa de mis dos hijos que también eran guerreros. No le dije nada sobre los saiyajines ni de las batallas, no quería que se espantara.

Pensé que al oír mi historia saldría aterrado, pero se quedó escuchándolo todo muy impresionado, con una mirada de admiración.

— Jamás me paso por la mente que eras viuda — me dijo muy impresionado —. Y con dos hijos.

Mis memorias IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora