Capítulo 12

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Había estado despierta para ver la salida del sol, a diferencia de la persona

durmiendo a mi lado, que probablemente había visto el amanecer por los últimos

quince años. No sabía qué hora era, ni siquiera estaba muy segura de que día era,

pero no me importaba. No había ningún otro lugar en el que tenía que estar. O quería estar. O

debería estar. En ninguna otra parte que no sea justo aquí, acurrucada junto a su cuerpo, nuestros

miembros tan juntos enredados que no podía decir de quien era quien, mientras veía el amanecer

de un nuevo día desde la ventana de su habitación.

Contrario a lo que sabía que Chance creía, este día no se veía mucho más amenazante que

ayer. No tuve ninguna premonición o sospecha que podría ser mi último día en la tierra porque

había escogido enamorarme del hombre a mi lado... pero si era el día, mi día para partir,

entonces me iría del mundo sabiendo que había experimentado la clase de amor que todo el

mundo aspira.

La ducha había sido una buena idea. Había tenido el elemento sorpresa, y bueno, había

estado desnuda. Siempre una buena manera de influir en la mente de un hombre. Se había

quedado dormido tarde anoche, su brazo me sostuvo contra su pecho en un cabestrillo

improvisado que había colocado juntos, con una sonrisa que nunca había visto en el rostro de

Chance Armstrong.

Una parte de mí tenía miedo de que se despertara sin saber si media noche sin dormir y

un nuevo día podrían regresar su mente a un territorio irrazonable. Parte de mí quería congelar

en el tiempo este momento, cuando no me tenía que preocupar de sus brazos alrededor de mí

en la cama y él nunca tenía que preocuparse por la arena acabándose en mi reloj. En cuanto a

los momentos para congelar, este era uno de ellos.

Pero otra parte de mí quería que se despertara y experimentara este nuevo día conmigo.

Quería sentirlo a mi lado mientras viajábamos a través de nuestra nueva vida juntos. Quería que

me desafiara y lo desafiara de nuevo yo. Quería caer juntos y subir juntos, fallar y tener éxito.

Quería vivir un día o un millón de días de vida con el conocimiento que era amada por un buen

hombre y no había nada que no haría por él. Quería ver los acontecimientos cotidianos pintados

un poco más brillantes debido a eso, y quería que las tareas mundanas se sintieran un poco más

ligeras debido a ese amor.

Mi mundo era el mismo excepto por la una cosa: dejaría el tipo correcto de amor en ella.

Así que en cierto modo, todo mi mundo era completamente diferente al mismo tiempo que era

el mismo.

Cuando finalmente lo sentí moverse, sonreí.

—Descansaste, vaquero.

Aun medio dormido, Chance besó todo el camino de mi espalda hacia mi cuello.

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