Capítulo veinticuatro✨

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Terminó la llamada y rodó los ojos por enésima vez. Llamó a su padre para decirle que había terminado su material para enviarlo a Londres, tal vez el pudiese llevarlo ya que viajaba en exceso. Sin embargo, ¿Qué sucedió? Le dijo que se encontraba en una junta y colgó. Se sintió triste, decepcionada. Pensó que las cosas podrían mejorar después de lo que sucedió. Se equivocó, nuevamente.

—¿Qué sucede? —Vio el reflejo de su madre por el espejo, ella se acercó y dio un ligero apretón a su hombro en señal de apoyo.

—Papá me ha colgado. —Se quejó como una niña de siete años.

—Sabes que ha estado estresado, necesita ganarse al cliente de Rusia. La auditoría esta siendo complicada.

¿Una auditoría es más importante que una hija?

Quiso gritar y patalear, ella no era caprichosa pero a quien demonios le importaba cuando tu padre se dedica a ignorarte. Bufó y se guardo las lágrimas de frustración para si misma. No valían la pena. Decidió cambiarse de ropa, cuando salió del baño, su madre seguía ahí. Hablaban de cosas triviales mientras se maquillaba rápidamente para salir con Grayson. El timbre sonó, Yarah bajo y ella, una vez lista, se recostó en la cama.

—Hola —saludó Charlotte moviendo la mano.

—Charlie, ¿Cómo estás?

La rubia se recostó junto a ella, esbozó una sonrisa tímida y Kaya le revolvió el cabello. Era como una hermana menor que necesitaba ser protegida.

—¿Saldrás? —preguntó frunciendo el entrecejo, parecía extrañada y Kaya se sintió como si fuese una ermitaña.

—No soy tan amargada. —Encogió los hombros.

Charlotte negó rápidamente al darse cuenta de su error, sonrío enseñando sus dientes. Miró su reloj, diez para las tres. El estaba retrasado pero no importaba si era un poco de tiempo extra con la rubia.

—Estas ansiosa, ¿A dónde irás?

—No lo sé, Grayson no quiso decirlo. —Era verdad, el decidió que las sorpresas eran lo suyo, dijo que valía la pena esperar, solo deseaba que eso fuera cierto.

—Oh, Grayson —espetó con un extraño tono de voz que la confundió.

—Charlie... —La llamó, odiaba los momentos incomodos pero sobretodo, los secretos, cosas que molestaran a sus amigos.

—No quiero ser egoísta. Es sólo que no quiero perder a mi mejor amiga por un chico —explicó mirando al techo, con la voz entrecortada.

—No lo harás, lo prometo. —Le enseñó el dedo meñique, la rubia lo entrelazó y susurraron «Promesa.» —Además... ¿Acabas de llamarme mejor amiga? —Fue cautelosa, tal vez no escuchó bien. Para ella ya era su mejor amiga, pero escucharlo de la boca de Charlie, resultó genial.

—Claro, esperaba que lo dijeras, pero temí que no lo hicieras.

Rieron y chocaron los puños.

—Ahora que estamos de sentimentales, ¿Qué hay de los chicos? —Kaya levantó la ceja graciosamente, quería saber, era válido, aunque siempre que preguntaba, Charlotte negaba.

—Ethan es lindo, Max también lo es. Hunter es caliente —murmuró tapando su rostro con la almohada, queriendo ahogar su voz entre las plumas.

—Es gracioso escucharte hablar así.

—Sin embargo no me gusta ninguno. Son amigos y son demasiado tontos para gustarme. —Se burló, soltó la almohada y frotó sus ojos, despreocupada, el tema de los chicos parecía realmente no interesarle, algo bueno viniendo de una chica.

Midnight City » Grayson Dolan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora