El día era cálido, miro al chico a su lado, rascaba nerviosamente el lóbulo de su oreja izquierda, parecía un niño pequeño en espera de su regaño.
—Grayson, tranquilo, vas a hacer que me ponga nerviosa.
—Has hecho esto antes, ¿No? —le pregunto acusadoramente.
—Claro que no.
No mentía, esa era la primera y única vez que tuvo que tomar la pastilla del día siguiente, estaba nerviosa, no podía negarlo y aún así, actuaba despreocupadamente, alguien debía conservar la calma. Grayson era un pequeño y ella el adulto en aquellos momentos. Abandonaron el cuarto de hotel, Kaya encontró en internet un lugar cerca de ahí, un lago donde se podían rentar lanchas y pasear por ahí.
El lago era precioso, se respiraba aire puro, no había tanta gente por lo cual resultaba perfecto en esos momentos.
—Este lugar es hermoso —musitó Grayson apretando la mano de Kaya.
Caminaron hasta encontrarse con un señor mayor, llevaba un sombrero gracioso y un cigarro entre los dientes.
—¿Qué sucede, muchachos? —arrastraba la "s", los miro de arriba abajo, estudiándolos y levantó una ceja.
—Queremos rentar un bote.
—Siete dólares.
Los ojos de Kaya se abrieron de par en par, estuvo a punto de negarse, pero Grayson fue más rápido y le tendió el dinero al anciano. Ella lo regañó con la mirada, pero el negó y no le quedo más remedió, así que suspiró y ambos siguieron al anciano, quien les indicó el bote que utilizarían.
—Pues bien, aquí tienen estos —les entrego los remos para el bote—, es una hora y se entrega el bote. Aquí les espero.
Asintieron y subieron o eso intentaban, reían sin parar, ya que el agua alejaba el bote, Grayson lo sostuvo y Kaya brincó como pudo. Se olvido de todos sus problemas en aquel momento con su amado.
Le tendió una mano a Grayson, llevaba el pantalón mojado pero aquello no importaba en aquellos momentos, cada uno tomo un remo y comenzaron a avanzar.
—Dios, que pesado es esto —se quejó el chico arrugando la nariz.
—Mi Popeye no tiene fuerzas —se burló Kaya a lo que el le salpicó con agua— Uy, pero ayer.
Se mordió el labio y vio como su novio tragaba saliva, cerró los ojos y movió la cabeza, queriendo sacudirse algo. Obviamente, lo caliente.
Le salpicó con agua.
—Casi la evaporas.
Rieron y platicaron durante un rato sobre los planes que tenía cada uno para su futuro.
—Además, Max se irá contigo, ¿Cierto? —ella asintió—, ¿Qué será de Hunter?
—El estará bien.
—La otra vez mencionó que no quería quedarse solo en Nueva Jersey.
—Supongo que podría venir si quiere, el siempre evade ese tema.
—Dejarte debe ser difícil.
Kaya sintió como la tristeza la embargaba, pero no dejo que aquello la afectase demasiado. Ya podría pensar en el futuro después.
—Gray, sabias que en los lagos, por lo general pueden haber serpientes acuáticas.
—¡Kay! No sé que intentas, pero yo soy una persona muy valiente y varonil. Es más, puedo oler el miedo de los demás.
Río a carcajadas.
—Claro, debí habérmelo imaginado, entonces si hueles el miedo también podrías oler cuando un bebé se ha hecho del dos, ¿Cierto? Serías un esposo muy útil.
—Sin duda alguna, te convengo. —El se dio un golpe en la barbilla, lució matador.
Remaron y remaron, hasta perder a las demás personas, de pronto, Kaya se levanto emocionada del bote, parecía una niña pequeña mientras señalaba con los ojos muy abiertos al frente.
—Mira, unos patitos.
Grayson río, eran unos siete patitos, la mamá estaba justo al frente guiándolos, era una escena tan tierna que Grayson no dudó en tomarles una foto. Y también a su hermosa chica. Tuvo que mirar varias veces aquella imagen perfecta de ella en el móvil. Se miraba emocionada, genuina con los rayos del sol pegando en su cabellera azabache.
—Amor, ¿Sabes que me haces muy feliz? —Ella lo miró extrañada.
—¿Qué sucede?
—Sólo quería decirlo. Siempre lo haré. Te diré lo feliz que me haces y lo mucho que te amo. Porque eres mi vida, el amor de mi vida.
***
El atardecer llego y la hora venció, así que entregaron el bote y se dirigieron a la camioneta. Kaya lo abrazó por detrás susurrándole cosas al oído. No tardaron mucho en llegar a la habitación del hotel.
—¿No tienes hambre? —preguntó, su estomago rugió en respuesta—, vamos Gray, dame tu pantalón, esta mojado y no quiero que te enfermes. Pediré algo de comer.
—Dios, si así me tratas de novios, ya quiero casarme contigo, nena.
—Hablas tonterías —río, sin embargo no podía negar que aquella idea le gustaba.
En segundos, toda aquella felicidad fue reemplazada rápidamente por preocupación en segundos. Su chico se había quitado los pantalones y en las pantorrillas, una especie de bichos se encontraban adheridos.
—Sanguijuelas —susurró y respiró, no quería parecer asustada.
—¿Qué... qué? —parecía impresionado, sonaba como de película.
—Quédate quieto —le pidió mientras buscaba en su maleta.
—¿Qué buscas?
Encontró el encendedor, quería creer que el fuego le ayudaría.
—Esto es lo que vamos a hacer, Gray. —El asintió y tomó la toalla que le paso—, colócala en tu boca, no creo que duela, solo no quiero correr riesgos.
Puso una toalla debajo de sus piernas y se preparó, con las manos sudorosas y temblorosas. Acerco el encendedor y lo paso sobre la sanguijuela, miró a su novio, quien tensó la mandíbula, pensó que aquello no iba a funcionar, ya que el bicho pareció pegarse aún más a la piel, hasta que se desprendió y solamente dejo una mancha rojiza.
Continuó con el proceso hasta que se cayeron todas, no estaban muertas al cien por ciento, así que las metió a una bolsa tratando de no hacer gestos de asco. Grayson estuvo a punto de tocar sus pantorrillas, pero la mano de su chica lo detuvo. Negó y le dijo que podría infectar el área en donde estuvieron.
—Se supone que las sanguijuelas sueltan una sustancia que las hace curativas, sin embargo dejan una pequeña herida, y como herida tiene que desinfectarse.
El asintió, resoplando mientras miraba hacia el techo. Abrió una pequeña botella de alcohol y aprovecho que el chico estaba distraído y la vertió sobre el. Auch. Apretó los puños hasta que se perdieron color, no grito. Siguió limpiando y al terminar le dio un beso en la frente, justo, cuando la comida llego.
N/A: Holaaaaa, espero que todas se encuentren muy bien, por fin ¡Vacaciones!, siiiiiii. Ya las necesitaba y no creo ser la única. Aquí esta el capitulo, espero que lo disfruten tanto como yo escribiéndolo. Las quiero mucho y espero se la pasen súper bien este tiempesito sin escuela. Sayonara!!!
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Midnight City » Grayson Dolan.
Fanfic«Incluso a medianoche, no puedo dejar de pensar en ti... » «Te quiero, te amo... Aún así, ¿Qué importa? Mi amor no es correspondido de la misma manera.» Más allá de la medianoche.