Capítulo treinta y tres✨

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Max comió una patata del tazón, miraba concentrado el computador, deslizando la barra lateral, resopló, dándose por vencido y aún sorprendido por los precios tan elevados de los departamentos en Londres.

—Ahora que lo pienso, vivir con tu padre no suena tan mal.

Kaya le dirigió una mirada con los ojos entrecerrados, porque más que nadie sabia que ella quería muchísimo a su padre pero...

—Definitivamente, preferiría vivir en el infierno que con el. Además no me iré de casa de mi madre, para irme con papá.

—Eso suena lógico, pero no creo que podamos costearnos un departamento nosotros dos.

—Ya buscaremos alguna manera, Max.

El dolor de cabeza seguía ahí, Kaya quería golpearse la cabeza porque aquello sería menos doloroso que el martilleo que la estaba atormentando. Al parecer el paracetamol no planeaba hacer efecto y de pronto se encontró pensando en lo que haría si no era aceptada en la universidad. Era una interrogante constante, ¿Y si no era lo suficientemente buena? Odiaba todos aquellos filtros por los que un estudiante tenía que pasar para aplicar, porque con un demonio, se suponía que si eras realmente bueno, te quedarías ahí, aprobarías tus asignaturas y demostrarías tu potencial.

—¿En que piensas? —Max ya lo sabía, así que se recostó junto a ella mirando hacia el techo.

—En todo y en nada. Pronto estaremos lejos de aquí Max... Pero y si...

—¿No lo logramos? —el negó sonriendo—, de eso se trata la vida, Kay. Nada sabemos a ciencia cierta, la vida es un volado, por eso es tan divertida.

—Tienes razón. Además no puede ser tan malo, si estamos juntos.

Los dos sonrieron, porque a pesar de todo, se tendrían el uno al otro, para afrontar todo lo que venía en los siguientes meses. Pronto, la vida dejaría de ser un juego y la preparatoria quedaría atrás.

***

Grayson corría desesperado por toda la habitación, faltaba menos de una hora para la cita con el notario y aún no encontraba sus zapatos.

—¡Ethan! —gritó desesperado.

Su gemelo llego corriendo con el rostro asustadizo, quien ya estaba casi listo y ajustaba su corbata.

—¿Qué sucede, hermano?

—No encuentro mis zapatos —Ethan se encogió de hombros, hasta que Grayson bajo la mirada y rodó los ojos—, creo que ya sé porque no los encuentro.

—¿De que hablas?

—¡Son mis zapatos, Grant!

—Oh, con razón se sienten tan incomodos. —Se encogió de hombros y comenzó a quitárselos hasta quedar en calcetas.

Grayson suspiró desganado, si bien había aceptado el divorcio de sus padres, tener que pasar por todos los tramites resultaba agotador. Cuando terminó con los zapatos, peino rápido su cabello y llamo un par de veces a Ethan, quien como siempre, había terminado antes que el.

—¿Cómo lo haces, hermano?

Ethan negó con una sonrisa y emprendieron camino hacia la camioneta, su madre los esperaba ahí. Grayson comenzó a mirar la galería de su móvil, durante unos cuantos minutos se quedo observando una sola imagen. Era Kaya, quien sonreía abrazándolo, se veían tan felices que temía que aquello tan maravilloso que tenían terminara.

—Quien diría que te vería mirando así a una mujer —Le palmeó la espalda.

Sonrió y después de un rato, llegaron con el notario. Los gemelos bajaron tratando de ocultar su nerviosísimo, ver a su padre en situaciones como esas, les ponían los nervios de punta. Y es que en si, el tramite era rápido, el contrato había sido previamente estipulado con ayuda de una abogado y necesitaban la firma de un notario para el manejo de los bienes.

—Hijos... —los llamó su padre y Grayson no pudo evitar rodar los ojos, James se acercó y les dio un fuerte abrazo. —Los he extrañado, chicos. No saben la falta que me hacen.

Grayson sabía que debía ser prudente y es que ya no se encontraba tan molesto como al principio, cuando todo comenzó, pero tampoco se podía tapar el sol con un dedo.

El notario llamó a sus padres y comenzaron a discutir silenciosamente.

—Señores, si necesitan tiempo para replantearse todo el manejo de los bienes, adelante.

James y su madre negaron ante la dura mirada del notario. Así que procedieron a firmar las escrituras de la casa, ya que quedaría a nombre los gemelos para evitarse problemas.

—Ahora solo debemos esperar a que el juez nos de luz verde para firmar los papeles del divorcio —musitó la madre de los gemelos, los ojos de James lucieron tristes y por un instante aquello causo pena en Grayson. Solo un instante.

Emocionalmente aquello había sido duro y lo único que deseaba en ese momento, era ver a Kaya.


N/A: Holaaaaaa, espero que esten muy bien, el día de hoy por fin pude subir capitulo, muchas gracias a las lectoras que siguen aquí, subiré unos cuantos capítulos más, las quiero. <3

Midnight City » Grayson Dolan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora