Misión 100 | Clintasha

Misión 100

Capítulo 19. Final.

Retrocede dando pasos cortos pero seguros, con la guardia en alto y con sus sentidos agudizados. Luchas como estas requieren de su mayor concentración y agilidad. Observa a su atacante acercarse a ella a medida que se aleja, con los puños en alto y con la mirada clavada en el cuerpo de Natasha.

Su espalda choca contra una fría pared y en ese preciso segundo que se desconcentra por el sutil choque, el puño de su contrincante se dispara hacia su rostro, pero ella es más ágil, con un simple movimiento evade el golpe que termina aterrizando en la pared haciendo un ruido seco.

La viuda negra es la mejor espía de S.H.I.E.L.D y una especialista en lucha cuerpo a cuerpo, tantos años entrenando y realizando misiones ya incontables para ella, le dio la habilidad de poder estudiar a su atacante en tan solo unos segundos, saber sus puntos débiles y la clase de movimientos que realiza. Y también, por supuesto, anticipar sus ataques, como ahora, que lo observa incorporarse y volver la mirada hacia ella, que ya está alejada unos tres pasos, esperando el ataque, que ya sabe como va a ser... O simplemente lo conoce muy bien a él.

Ella retrocede dos pasos más, su respiración se torna agitada y se limpia rápidamente la fina capa de sudor que se le formó en la frente.

Está cansada, lo admite, pero ya hace casi treinta minutos que está luchando.

Enfoca toda su atención en el cuerpo de Barton, y nota como su brazo derecho, el más fuerte, se tensa. Va a dar el siguiente golpe con ese brazo.

Frena su puño con su mano y lo sujeta con fuerza para que no se zafe del agarre, le atina un golpe en el abdomen y el arquero se tuerce de dolor. Cuando Natasha está por dar otro golpe, recibe uno en su rodilla que la hace caer y soltar el puño de Barton.
La pelirroja en seguida enreda su pierna con las de Barton, haciéndolo caer de espalda al suelo.

Ella se levanta rápido, quejándose de dolor. Barton, por su parte, gruñe molesto, durante todo ese tiempo luchando con Natasha pudo solo atinarle unos pocos golpes, a comparación de ella que le va ganando por mucha diferencia.

Natasha sabe que cuando Clint se molesta durante una pelea deja que sus emociones controlen sus movimientos, haciéndolo mil veces más predesibles. Pero golpea con más fuerza.

Barton se levanta maldiciendo del suelo y Natasha tiene que frenar su siguiente golpe con las dos manos.
La intención de la espía era torcerle el brazo para luego darle una patada y así consagrarse ganadora, pero el arquero con su mano libre toma un mechón de su pelo y tironea hasta que Natasha suelta un grito de dolor.

Maldito tramposo.

Para liberarse de ese horrible dolor -a nadie le gusta que le jalen el cabello- acerca su boca al brazo que sostiene y le clava los dientes, haciendo así que él también grite y la suelte.

Se alejan uno del otro, Barton se lleva la mano hacia donde la viuda lo mordió, literalmente. Natasha frota el sector de su cabeza que le duele.

—¡Dijimos que tironear del cabello es trampa! —se queja la viuda.

—¡Me mordiste! —grita él, enojado—Eso es trampa también.

Se detiene a observar al arquero. Está más cansado que ella, tiene su rostro cubierto de sudor, al igual que sus brazos y su pecho sube y baja con rapidez. Se agacha un poco y pone sus manos en las rodillas, respira pausadamente para recobrar el aire perdido.

—¿Estás cansado? —pregunta ella con una sonrisa de lado, pero divertida—¿Querés darte por vencido?

—¿Y perder la apuesta? —inquiere alzando una ceja y con una sonrisa pícara—Eso nunca, bebé.