Pervertidos.

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Uta.

Corrí, corrí y corrí, como si mi vida dependiese de ello (aunque así era), la princesa Lucy podía ser muy sádica cuando se lo proponía.

¿Por qué corríamos despavoridamente? Fácil, a la hora de jugar, la princesa Lucy no media su fuerza, lo daba todo y mas.

El juego era una tontería, pero a Lucy-sama le encanta.

Uno de los jugadores -en este caso (y todos los anteriores) la princesa Lucy- tenía que atrapar a los demás con una cuerda o en algo con los que los otros jugadores no puedan escapar -en este caso el circulo mágico- para luego, ir aumentando la presión y fuerza del circulo hasta que todos los que estuviesen dentro del circulo mágico, -ósea nosotros cinco- terminasen unos encima de otros o casi saliendo sus tripas por los cielos, si, soy muy dramático.

Entre en un cuarto y me acerque al clóset cuando escucho pasos, si era Lucy-sama no me convenía esconderme en un lugar tan patético y obvió, me encamine con lentitud hacia la ventana, valía poco si estaba en el cuarto piso con tal de salir ileso de este maldito juego.

Escuche como los pasos se detenían, cerca.

Pare en seco de caminar con el corazón a mil por hora.

Mire a la ventana, faltaba tan poco para poder salir de este mendigo cuarto, cuando escucho como se abre la puerta, haciendo que se me erice la piel. Mire hacia la puerta mientras sentí que mi corazón daba un vuelco.

"Hola" dijo Rogue con las mejillas algo rojas.

"Me has dado un susto de mil y un diablos" le grite. No podía hacer otra cosa, me pongo nervioso con otras personas que no sean Kuro o la princesa.

"Lo siento" dijo mientras cerraba la puerta tras de él, pero, ¿qué se creía este?

"Oye, oye. No puedes quedarte aquí" le dije acercándome a él.

"¿He?" Dijo confundido "¿por qué no? Hay mucho espacio aquí" masculló y me miro ceñudo.

"No, no lo hay" respondí enojado, o eso intentaba aparentar " ahora sal de aquí antes de que Lucy-sama venga" dije señalando la puerta.

"No" dijo cruzado de brazos "Vete tu si no quieres estar conmigo" dijo apartando la mirada.

<<¿quién cojones se cree este para venir a decirme eso, ¡a mi!?>> pensé enojado.

"Mira, hijo de fruta. Mejor vas bajándole a tu ego o si no..." Empece a decir cuando escucho a alguien frente a la puerta, Rogue me tomo del brazo y nos metió al pequeño clóset, apretados y muy, muy juntos.

"Rogue" susurré.

"Calla" susurra de igual manera contra mi oreja, haciendo que me pusiera nervioso.

-Casi nunca podemos hablar- dijo la voz de... ¿Kuro?

-No es tu culpa- dijo la otra voz que no logre reconocer.

-No lo es pero... Me siento aburrido si tu no estas- dijo Kuro como cuando hacia rabietas por que la princesa no le hacia caso.

-Vamos, Kuro , no digas eso, tu amas estar con Uta y Lucy- dijo la otra voz, se me hacia de algo, pero ¿de quién era esa voz?

-Bueno, si, son mis amigos, pero te extrañaba tanto- dijo Kuro entre suspiros.

¿WTF?

No podía ver nada fuera del clóset, pero sonaba a que se estaban besuqueando, otra vez:

¿WTF?

"Zeref" dijo con asombro Rogue, contra mi oreja, haciéndome sentir extrañamente bien.

"¿Es él quien esta con Kuro?" Le pregunte cerca de su oído, sentí como se estremeció arriba de mi haciendo que, aunque suene pervertido o sádico, me sintiera bien.

"¿Que pasa, Rogue? ¿Te sientes mal?" Pregunté inocentemente mientras me acercaba un poco mas a él.

"Basta" susurro con voz ronca.

"¿Basta? Pero si no he hecho nada" le dije, sentí como sus piernas flaqueaban, sonreí con superioridad.

"Te lo advertí" dijo desconcertándome, me tomo del hombro y cambio de posición.

"R-Rogue" dije avergonzado.

El muy mendigo me había puesto a horcadas con el abajo de mi, mirándome con una sonrisa provocativa, sentí sus manos desabrochar la camisa de mi uniforme, sintiéndome incapaz de moverme, sentí como los colores volaban a mi cara. Una vez termino de abrir y quitarme la camisa y dejándome desnudo de la parte de arriba, me devoro con la mirada.

Vi como se relamía los labios mientras me miraba deseoso.

Me beso, como a veces hacia cuando estaba ansioso y exitado.

Metió su lengua a mi boca sin preguntar, juntando nuestras lenguas y enredándolas en un vals excitante y solo nuestro.

Sentí como sus manos tocaban mi torso hasta llegar al borde de mi pantalón.

Deseoso y con ansias, le quite esa camiseta negra y, entre besos, deje que me quitara el pantalón, quedando yo en bóxers y con cierto amigo muy animado.

Tomo mis manos y las llevo a su abdomen, pidiéndome que jugase con el, obedecí.

Recorrí con mis manos su abdomen marcado y deseable sin siquiera dejar de besarnos y sin que el me dejase de acariciar.

Entonces, baje hasta su pantalón, su amigo, al parecer ya quería jugar.

Sonreí, los dos estábamos igual.

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Gracias a Yupina17 por su hermosa portada.
Gracias por leer y el próximo capítulo Sting y Lucy tendrán un encuentro muy muy interesante 7u7.

Cambio mágico «Stinglu».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora