Rescate-fallido. (1)

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[Con Natsu].

Era la hora, ya por fin era la hora.

Estaba frente al chico malote que había secuestrando a su chica y él era el apuesto guerrero que iba a rescatarla justo después de vencer al villano.

Todo iba a salir bien.

Todo iba bien.

Todo iba...

¡Todo iba de la mierda!

Había quedado inconsciente en los primeros segundos de la batalla y por supuesto que no había sido culpa suya. Alguien le había asestado un tremendo golpe en la nuca que lo había hecho volar por el largo pasillo hasta una de las habitaciones cayendo como una agraciada flor en la cama.

¡Y una mierda!

Se había dado duro contra el muro y esta vez no fue nada satisfactorio.

Sintió sus huesos torcerse y su sangre fundirse con el gélido suelo de plata, su alma pesó y su ser reclamó a su cerebro con un pitido ensordecedor que no lo dejaba pensar con claridad. Intento tomar aire pero sus pulmones parecían indecisos sobre si tomar aire para seguir viviendo o dejarle desfallecer.

Escucho gritos.

Gritos y más gritos agonizantes.

Eso era lo único que distinguía en toda su espesura mental.

Y escucho risas.

Muchas risas.

¿Se había vuelto loco?

Probablemente con tremendo golpe que se había dado en la cabeza, así era.

«Reacciona, Natsu» pensó, o eso intentó.

Luego, en un halo de conciencia en los que quizá habían pasado más de quince minutos, abrió levemente los ojos y aún con pequeñas estrellitas repartidas por doquier, intentó enfocarse su vista en algo.

O en alguien.

Pero estaba equivocado si creía que todo había salido bien.

Manchas rojas y grandes bultos se hallaban por doquier, un fétido olor inundó sus fosas nasales y siento que vomitaría algo más que no fuese sangre; algo había salido mal y ni siquiera estaba consciente de que era aquello.

¿Y su equipo? ¿Habían muerto? ¿Qué carajos había pasado?

Necesitaba respuestas y él no tenía tiempo para seguir tirado como si de un trapo inservible se tratase.

Intento incorporarse, por la santa mierda, ¡De verdad que necesitaba levantarse de ahí!

La vista se le nubló otra vez, en una clara señal de que volvería a desmayarse. Mordió su lengua con fuerza, el dolor lo mantendría consciente. Lento pero seguro él se arrastró por la pared hasta estar sentado. Bien, eso ya era algo.

Busco por todas partes, y cuando vio los cuerpos de sus amigos tirados en el suelo, deseó que todo esto fuese más que un maldito sueño.

Gritó.

Gritó tan fuerte que su garganta dolió.

Gritó tanto que las lágrimas cayeron por sus mejillas como dos ríos que no parecía que terminaría pronto.

Gritó tanto que solo su voz retumbaba entre la muerte.

Vio a Happy, degollado a unos metros de él, quizo vomitar, no sabia que hacer, a donde mirar.

Vio a Levi y a Gajell en un enorme charco de sangre, los dos cubiertos de heridas horribles, muertos.

Vio a Wendy, colgada en una de las telarañas de cristal, su sangre goteaba aún, dando la imagen de una llovizna carmesí.

Vio a Gray, o lo que quedaba de él, pues habían quemado su cuerpo casi hasta incinerarlo totalmente.

Volteo a su derecha, sabia que ahí estaba, y si, Erza estaba justo ahí, atravesada con una enorme estaca que dejaba a su cuerpo casi levitando del suelo.

Dios mío.

Había sido una masacre.

Y él no había echo nada.

Sintió su mundo derrumbarse, su alma lloraba a la par se su ser y su mente rompió.

Todo "él" ya no valdría nada.

-.-.-.-.-.-.-

Parte 1.
Fin.

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⏰ Última actualización: May 16, 2018 ⏰

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