Un poco más jodida

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Han pasado tres días desde que dormí con Sebastián.

He muerto un poco más.
Desde hace tres días.

Me levanté del sillón, y caminé hacia el baño. Tomé una fría ducha, y me alisté.

Salí de mi casa.

Caminaba sobre la banqueta gris, pensando en el vacío que sentía.
¿Desde cuándo han dejado de dolerme las heridas en mi alma?
¿Desde qué está destruida?
¿Acaso puede romperse una alma, más de una vez?

La tarde era azul, había nubes grises y un viento que mojaba.

Llegué a mi lugar favorito, un puente donde casi no transitan autos, y hay poca iluminación, además es muy alto, tan alto que los autos se ven como de juguete (exagero). Hay un parque al lado izquierdo, pero no hay niños riendo allí.

Estoy sola. Mirando hacia abajo.
Quiero lanzarme. Pero quizá no muera lo suficiente, no quiero quedar invalida y dar más lástima.

A mi mente llega Sebastián, y sus ojos marrones entre cerrados, y me doy un Charchazo a la memoria.
Así que me subo a la barda de cemento, y me pongo de pie, estoy lista para saltar.
Cierto los ojos y un viento me envuelve.
Las voces de Sebastián llegan a invadir mi mente, me provocan más, y necesito terminar con esto.
Voy a hacerlo, me preparo.

Pero siento un golpe en el abdomen y un jaloneo.

Caigo al suelo.

- Quedarás invalida y tu vida será más miserable de lo que es ahora.

- ¿Qué quieres?

- Me llamo Aslan

- No me interesa saber tu nombre, ¿Por qué te has metido en mis asuntos?

- ¿Te gustaría un cigarrillo?

- ¡Estás loco! Te estoy preguntando algo y me respondes con una pregunta

- Jaja el loco soy yo sin duda, y tú estas muy sobria ya que ibas a lanzarte de un puente que no es más alto que 10 metros

- Ese no es tu problema

- Claro que no, pero es un gusto conocerte

- Me he confundido, y me doy por rendida. Me llamo Liam

- Vamos a sentarnos, ¿te parece subir ese árbol?

- ¿Por qué no sólo usamos la banca?

- Es muy común, y no nos hemos conocido comúnmente

- Claro, vamos al árbol

No tenía ni idea que pasaba, este chico llamado Aslan había evitado mi suicidio, ridículo, tengo que aceptarlo.

Subimos al árbol que estaba cerca de una resbaladilla.
Y veíamos oscurecer el cielo, algunas gotas comenzaron a caer, y los truenos se escuchaban a lo lejos.

- Espero que no te asuste la lluvia Liam

- Que te pasa, a mí nada me asusta

- jaja sí claro, entonces la que asusta eres tú

- ¿Dónde vives?

- Cerca de aquí, unas cinco calles a la derecha

- yo vivo a tres calles a la derecha

- Liam, ¿qué opinas sobre los pingüinos?

- Siempre cambias tan repentino el tema de conversación, es lógico que no sabes entablar una conversación

- Yo creo que los pingüinos serían buenas mascotas...

- Jajaja tengo que aprender a seguirte la conversación

- imagina a unos pingüinos caminando despacio por las calles principales, en vez de perros, pingüinos

- Sin duda abría un tráfico de autos terrible, ya que los pingüinos tardarían mucho en cruzar las calles

- Sería más caro alimentarlos, el pescado sería muy costoso

- Los pingüinos son muy fieles Aslan

- tienes razón, regalan la mejor piedra a su enamorada pingüina

- al menos ellos no andarían coleccionando piedras para darle una a cada pingüina que se les cruzará por el camino

- ¿Te ibas a "suicidar" por un desamor?

- ¿no estábamos hablando de pingüinos acaso?

- es la peor tontería que se puede hacer

- ¿y tú que sabes de eso?

- Mmm quizá, lo suficiente como para haber intentado suicidarme en ese mismo puente

- ¿Y por qué no lo hiciste?

- Ya que estaba apunto de hacerlo, una anciana me tomó del brazo, y me dijo que el primer amor no lo es todo, sólo te enseña y te hace más fuerte, más sensible para que aprecies al segundo, y ese es el que importa, el amor que te saca del túnel oscuro o el que te ayuda a caminar en el

- ¿quién era ella?

- No lo sé, pero le agradezco a la anciana mi vida

- No, me refiero a quien podría ser capaz de despreciar a alguien como tú

- Verás Liam, no es algo que me guste contar en mi primer cita con alguien jaja

- jajaja esto no es una cita

- está bien, acepto ser tu novio

- ¿Qué? Jajajaja estas loco Aslan

- ¿Te acompaño a tu casa?

- No gracias

Nos bajamos del árbol, y caminé en dirección de mi casa, cuando sentí sus pasos cerca de mí

- Te he dicho que no quiero compañía Aslan

- No estoy acompañándole, vivo por el mismo camino que tu casa

- jajaja eres el peor novio

Sólo sonrió y agachó la mirada, no había notado lo guapo que era, piel morena, cabellos oscuro, ojos negros como la noche, y tenía la sonrisa más hermosa que he visto en toda mi vida

- bueno, aquí vivo yo...
Dije apuntando la mirada hacia mi casa

- bueno, querida novia, pasa bonita noche

- ¡jajaja cínico!

- ¡vamos! Entra a casa Liam, que comenzará a llover fuerte

- Hasta pronto Aslan...

- Descansa.

Lo vi alejarse, ese chico era un milagro, y quizá, era la última vez que lo vería...

Charchazo a la memoria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora