Dos

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Estábamos en el parque. En las manos teníamos un baso de jugo de naranja con unos cuantos hielos, un hermoso sonido producían al agitarlos. De pronto, interrumpiendo nuestro precioso y tranquilo día, llegaron dos tipos.
Uno parecía ya haberlo visto, al otro, jamás.

— Hola, disculpen. ¿A qué hora se hace el show de las bailarinas?— pregunto uno, al que jamás había visto antes.

— no, la verdad no estábamos enteradas que aquí había algún tipo de show— dijo Hayley regalándole una hermosa sonrisa

— ¿de verdad? Ustedes no son de aquí, ¿cierto? — le dijo, devolviéndole a Hayley la amistosa sonrisa

— no, hace unos cuantos días que llegamos — Hayley contestó haciendo algunos espirales con sus dedos en la banca.

— Bueno, nosotros podemos mostrarles algunos show's que hacen por acá — dijo él — por cierto mi nombre es Abdiel.

— mucho gusto Abdiel, mi nombre es Hayley.

Juraría que vi un brillo en la retina de los ojos de mi prima. Vaya, ya le hacía falta salirse de aquella preocupación con el pollo.

—Hayley es un lindo nombre— dijo Abdiel, dándole la mano a Hayley — y él es mi primo Joan — se refirió al joven que yo creía haber visto antes.

— hola mucho gusto Hayley y Liam — dijo Joan

tenía una voz muy segura, joder! Como sabía mi nombre!!!!

— ehh, ¿ustedes dos se conocen?— preguntó Hayley, viendo mi cara de poker por no saber que onda.

— no, eh, mm, yo no sé, creo haberte visto, no sé — respondí sin quitar la mirada de él.

— Claro, no recuerdas, esa vez que chocaste con un estúpido con patineta, ¿recuerdas? — dijo sonriendo con un poco de discreción

Y vaya que sí, vaya que sí lo recordaba. Seguía tan igual, tan guapo con esos ojos marrones tan preciosos, con esa ceja poblada y su mismo cabello alborotado.
Esta vez no llevaba playera de kodaline, pero sí una que decía &&", ni idea que significaba.

— Creo, creo que sí te recuerdo — dije sin cuidado intentando sonar desinteresada.

— Que pequeño es el mundo, ustedes se conocieron antes y volvieron a verse en Nueva York— dijo Hayley con una expresión de sorpresa.

— es el destino Hayley — dijo Abdiel sonriéndole a Hayley.

— ¿gustan salir a comer algo? por lo que veo están solas y nosotros también.— dijo Joan con una sonrisa cálida y del lado.

— claro, así ambos evitaríamos estar tan solos, ¿no? — dije, sarcástica

— ¡Liaaaaaam! — dijo Hayley con expresión de " no seas tan cruel y amargada" — disculpen, respirar la pone de malas, no le pasa muy seguido, sólo cuando respirar— dijo riéndose.

Abdiel se unió a reírse con el chiste de ella, y Joan sólo me miró.

— está bien, vamos— dije volteando los ojos.

—Muy bien, hay un rico restaurante, está sobre un edificio en la parte alta, así que se ve gran parte de la ciudad— habló Joan, tenía una voz linda, entre sería y amigable.

Entonces pedimos un taxi y nos dirigimos los cuatro hacia ese dichoso restaurante.
Después de unos minutos en el taxi, escuchando hablar a Hayley con Abdiel, Joan iba en el asiento de adelante, con la mirada fija y centrada en la calle, en el mundo. Me preguntaba, ¿siempre será así? Pero, cuando chocamos esa vez con la patineta, parecía diferente, tan distinto, tenía la mirada perdida y rota. Pero ahora no, se veía responsable y centrado. Quien sabe que le pudo pasar para que él se hiciera así.

Lo pillé varias veces mirándome por el espejo lateral. Igual yo seguí perdida en mi mundo y en mis ideas.

Charchazo a la memoria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora