Algo personal

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Jake y yo nos separamos despues de un largo abrazo de consuelo. Le mire y observe que tenia los ojos rojos y la cara empapada. Le quite con el dedo una lagrima que se resbalaba por su mejilla y sonrei para que el tambien lo hiciera.

-Leila no se porque me agradeces tanto que sea amable contigo. El que tendria que agradecer algo soy yo por como me estas apoyando en esto. No se como lo haces pero consigues sacarme una sonrisa.
-Parece mentira pero las charlas de psicologa de mi madre han servido para algo y se que detras de un chico aparentemente feliz y risueño hay siempre una parte oscura y triste- le conte mientras me escuchaba atento- Todos tenemos esa parte, hasta las personas mas felices la tienen, aunque no lo admitan. A veces es mejor desahogarse con alguien que guardarse las cosas para uno mismo. Si no lo haces se convierten en una bola cada vez mas grande y termina por aplastarte.
-Que filosofica.
-Eso es de las primeras cosas que te dije esta mañana cuando citaste a John Green.

El asintio y se quedo pensativo unos instantes hasta que dijo:

-Leila, quiero enseñarte una cosa. Es rincon secreto de la casa y nunca se lo he enseñado a nadie fuera de mi familia.

Me hizo gracia el comentario y me dejo intrigada. A la vez tambien hizo que me sintiera una persona muy especial al saber que iba a ver algo que no conocia nadie.

Bajamos las escaleras hasta la planta baja y despues Jake se dirigio por el pasillo hasta una puerta con cerradura. Saco la llave del bolsillo y la abrio si dificultad. La puerta conducia hasta lo que parecia ser el sotano o el desvan. Me equivocaba.

Segun avanzabamos mas hacia abajo me daba mas cuenta de que lo que habia alli. ¡Tenia una biblioteca propia secreta en su casa!

Era un cuarto de estar muy amplio y con mucha luz. Habia unos grandes ventanales en las paredes donde estaban colocadas las estanterias repletas de libros de todas clases. En el centro de la sala se disponia una gran mesa de madera con sillas y varios sofas de color beis. Las paredes eran muy altas, por lo que habia una escalera de madera para llegar a los libros de los estantes mas altos. Alli podia haber un millar de ejemplares como minimo. Me parecio un lugar precioso.

-¡Wow! ¡Que pasada!- consegui decir al ver aquello.
-Me alegro de que te guste. Nadie sabe que tengo esto aqui. Cuando me encuentro mal o necesito desconectar me meto aqui dentro. Es como mi guarida.
-¿Por que no se lo has dicho a nadie?
-La verdad es que no lo se. Siempre he tenido este lugar como algo muy personal. Mi madre nunca baja aqui y no me ha gustado nunca compartirlo con nadie, hasta hoy. La mayoria de los libros que hay aqui son de mi padre y de mi abuelo. Son muy valiosos y los considero como parte de mi. Cada uno de ellos tiene un significado o una historia.

Me quede inpresionada ante todo lo que me estaba contando. Alli dentro estaba escrita su historia y su vida. No entendia por que habia querido dar ese gran paso conmigo. Si ni siquiera sus mejores amigos de toda la vida habian visto aquello, ¿por que a mi, que me conocia de un dia, me habia invitado a verlo?

Los dos nos paseamos por toda la sala observando cada rincon y cada estante.
-Mira, este es mi libro favorito de todos los que hay aqui- explicaba enseñandomelo. Tenia pinta de ser una edicion antigua porque las tapas estaban desgastadas y estaba lleno de polvo.
-Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne- lo tome en mis manos con mucho cuidado y con miedo de romperlo. Las hojas con el paso del tiempo se habian vuelto amarillentas pero las palabras seguian intactas en todas las paginas.
-Ese era de mi abuelo. El me lo leia cuando era pequeño y soñaba con descubrir algun dia que era lo que habia en el centro de la Tierra. Me lleve una gran decepcion un tiempo despues al ver en una enciclopedia que solo era lava y magma.

Me imagine el momento en el que un Jake diminuto se enteraba de la verdad y me dio mucha pena.

-Lo bueno de ser pequeño es que vives en la inocencia y crees que todo es fantasia a tu alrededor. Cuando creces y te das cuenta de que el mundo que tu imaginabas era falso, te llevas una gran decepcion- segui escuchandole hablar sobre su infancia y sobre lo poco que recordaba a su abuelo, ya que fallecio cuando el tenia siete años.

La sala transmitia una gran tranquilidad al estar alli y era muy acogedora. No me extrañaba que a Jake le gustara relajarse y olvidarse de sus preocupaciones en aquel sitio. Nos entretuvimos tanto mirando libros que cuando quisimos darnos cuenta, se habia pasado toda la tarde.

Eran casi las siete de la tarde en Nueva York y me acorde de que no habia llamado a mi familia.
Les dije que cuando llegara y me presentara a la familia lo haria pero se me habia olvidado por completo. Encima no tenia ninguna excusa para contarles sobre el aplazamiento de las clases. Todavia tenia la esperanza de que no se hubieran enterado de nada y de que no les hubieran llamado los del programa.

Avise a Jake y subi las escaleras para salir al jardin a tomar un poco el aire. Con tanto ajetreo no habia ni encendido el movil. Lo revise y no tenia llamadas perdidas. Marque el numero esperando que todavia estuvieran despiertos. En Madrid era casi la una de la mañana y normalmente no solian acostarse tan tarde. Pero tuve suerte.

-¡Hola papa! ¡Hola Mama! ¿Que tal?- estaba puesto el manos libres y los dos contestaron a la ves.
-¡Hola hija! Nosotros bien. Creiamos que no nos ibas a llamar y nos ibamos a ir a dormir. ¿Son majos los de la familia?
-Si, han sido muy buenos conmigo desde que he llegado- di gracias a Dios porque no sabian nada y choque los cinco a Jake emocionada.

La conversacion duro un cuarto de hora y me despedi diciendoles que me tenia que ir.
Hable tambien con mis hermanos. Gus igual de idiota que siempre y Candela bien. Tuve muchas tentaciones de decirle de estaba con su cantante favorito pero me conteni por mi bien. Despues de besos y de desearles buenas noches colgue pegando un chillido y abrazando a Jake. De momento el plan funcionaba y esperaba que lo hiciera durante toda la semana.

*****

-¡Esta delicioso! Tu madre cocina genial.
-Gracias Leila. Me alegro de que te guste. Es mi especialidad.

Despues de celebraciones y abrazos la madre de Jake nos llamo para cenar. Carla habia preparado pollo al horno con salsa de arandanos y frutos secos. Cocinaba genial. Estaba riquisimo y con el jet lag encima me habia entrado hambre.

Cenamos Luke, Carla, Jake y yo juntos. Luke, al ser el guardaespaldas, normalmente no solia quedarse en la casa hasta tan tarde pero Carla le habia invitado a cenar con nosotros.

Tuvimos una cena muy agradable contando anecdotas y conociendonos un poco mas. Cuando terminamos Carla se quedo recogiendo, Luke se marcho y Jake me pregunto si me apetecia salir al jardin un rato. Nos tumbamos en las hamacas proximas a la piscina para estar mas comodos.

-A pesar de la contaminacion de la ciudad, se pueden apreciar las estrellas desde aqui- me conto.

Eche la vista hacia arriba. Miles de puntos brillantes se alzaban en la noche. La Luna blanca se reflejaba en el agua de la piscina y llegaba a iluminar todo el jardin.
-Que bonito. En Madrid es dificil ver esto. Para encontrarte algo asi tienes que ir a la sierra o al campo. Eres muy afortunado de tener estas vistas.
-No te lo voy a negar. Me encanta perderme contemplando las estrellas y buscando constelaciones. Uno de los libros que me dio mi abuelo era de el espacio. Estuve varios meses pegado a aquel libro como una lapa y me dio por querer ser astronauta durante una temporada.
-¿Si? Es una profesion alucinante.
-Si, pero me aficione muchisimo a la musica despues de eso y... aqui estoy- se reia mientras seguiamos con la mirada al cielo.
-¡Mira una estrella fugaz!- me levante y solte emocinada señalando a un punto indefinido.
-¿Donde? ¡Pide un deseo! ¡Rapido!- grito el a la vez que intentaba concentrarme en algo y poniendo mis manos en la cabeza.
-¡Ya esta!
-¿Que has pedido?- tambien se levanto intentando captar mi atencion porque yo estaba con la mirada fija al suelo- ¿Leila?- volvio a insistir otra vez.
-Esto- me lance a su boca y le cogi del cuello con las manos dandole un largo beso.
Un beso que el deseaba tanto como yo. Me agarro de la cintura y se junto mas a mi quedandonos los dos iluminados por la luz blanca del reflejo de la Luna.

Dame ocho horas mas a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora