Cogi la bandeja y el bolso y fui a un banco a ponerme los zapatos. Tuve un despiste y casi me dejo el reloj en la cinta, cosa que no me habria perdonado en la vida porque tenia mucho valor para mi. Lo habia heredado de mi abuela y era un gran recuerdo de ella.
Una vez que estaba preparada fui hasta una pantalla de vuelos para ver la puerta a la que tenia que ir. D12. Observe los carteles que la indicaban a la derecha. Comence a andar mientras miraba las tiendas y de vez en cuando, me paraba en ellas. Habia un monton y no podia pasar dejar de entrar en las tiendas de ropa. Parecia un centro comercial mas que un aeropuerto y eso me encanto. Segui caminando y me di cuenta de que tenia que coger "el metro". Podia parecer raro esto, pero como la terminal cuatro era tan grande habia una especie de tren que te llevaba a las puertas que se encontraban en la otra punta del aeropuerto. El trayecto no llegaba a cinco minutos e iba bien de tiempo, a pesar de las paradas que habia hecho. El embarque era a las 12:35 y todavia quedaban tres cuartos de hora.
Tuve que esperar un rato a que llegara el tren porque habia mucha gente y cada vez se aglomero mas en ese pequeño espacio. Cuando llego el tren todo el mundo empezo a entrar a lo bestia y una señora mayor bajita que iba delante mia, me pego un empujon intentando hacerse un sitio. No le dije nada pero tenia la sensacion de que me habia roto la cadera. Me agarre a la barra para no caerme porque me estaba mareando del dolor. Casa vez que me daba un golpe fuerte con algo me solian entrar mareos. Por suerte se me paso y el tren se puso en marcha entrando por el tunel. Todo se oscurecio y se encendieron las luces blancas que habia en el techo. La gente hablaba bajito menos una pareja que daba mucho la nota y estaba discutiendo. No faltaba tampoco el tipico niño de cinco años gordito y malcriado que no paraba de pedirle a su madre una chocolatina. Pero lo que mas me sorprendio fue un chico joven que parecia ser rubio aunque no se apreciaba bien, ya que iba con un gorro y unas gafas de sol grandes. Estaba apoyado en un extremo y miraba a todo el mundo como si estuviera escondiendose de algo. Se centro en mi un par de veces pero no le di importancia y segui observando al niño de antes. Por fin se habia callado y habia conseguido lo que queria. Ahora estaba con la boca y ambas manos manchadas de chocolate y molestando a su madre.
Entre distraccion y distraccion en nada de tiempo estaba llegando a la otra parte de la terminal.
Se abrieron las puertas de cristal y otra vez salio la gente como loca. Algunos tenian prisa y se notaba bastante. Camine por los pasillos evitando a los que corrian con las maletas que se me ponian en medio, hasta que la encontre, la puerta D12: Destino Nueva York.
Me sente en un banco y saque mi movil del bolsillo, ya que tenia que esperar a la llamada de embarque del vuelo. Repase los mensajes que me habian mandado en las ultimas horas. Tenia varios de mi grupo de amigas deseandome suerte en mi viaje, otro de Andrea que ya me echaba de menos, y eso que nos habiamos visto el dia anterior, y otro de mi hermana que me mandaba un par de emoticonos de monos. Me rei. Esta chica era increible.
Revise tambien mi bandeja de entrada y encontre un correo nuevo. Era de la empresa que organizaba los intercambios en Estados Unidos. Lo abri y me mandaba informacion de mi nueva familia, la direccion de la casa y de la persona que iba a recogerme al aeropuerto. Tambien hablaba un poco sobre el colegio al que iba a ir a clases por las mañanas. El correo decia que iba a tener una hermana de 15 años llamada Susan y que los padres eran bastante simpaticos. La madre se llamaba Helen y era periodista y el padre era director de una multinacional de comida muy importante y se llamaba Robin. Descargue la foto que venia adjuntada y me quede atonita a lo que estaba viendo. ¡Vaya mansion! Era una imagen de la casa en la que vivian y que podia ser perfectamente diez veces la mia. ¡Eran ricos! Habia tambien otra foto de la familia en la que salian los tres. La madre era rubia con ojos claros y el padre moreno y de ojos verdes. Sin embargo Susan era como yo: pelo castaño, ojos azules, bastante alta y delgada. Aparentaba ser mas mayor de lo que era.
Mientras seguia leyendo y viendo las imagenes que habia recibido escuche la megafonia anunciar que iban a proceder al embarque de mi vuelo. Una larga cola de gente se amontono en la puerta. Menos mal que pude elegir con antelacion el asiento. Habia cogido pasillo en la segunda fila. Preferia que fuera cuanto mas delante mejor porque al fondo me mareaba por la turbulencias y el ruido del motor.
Primero pasaron los que tenian los asientos de la fila 18 a la 36 y despues de un rato dejaron entrar a los de las demas. Baje por la rampa que llevaba al avion observando por el cristal las pistas. En ese momento despegaba un avion que hizo vibrar el suelo.
Entre al avion saludando amablemente a las azafatas que recibian a los pasajeros. Mire mi tarjeta de embarque y busque el asiento 2B. El avion de componia de ocho asientos en cada fila. Dos en cada lateral y cuatro en el medio. No fue dificil encontrarlo y cuando lo hice me di cuenta de que se sentaba a mi lado el misterioso chico que estaba en el tren. Si, era de lo mas misterioso que habia visto, sobre todo porque no podia parar de pensar en que su cara tapada con gorro y gafas me sonaba de algo. Serian tonterias mias.
Iba igual que como le vi antes. Gorro negro del que salian varios mechones rubios y unas gafas de sol Ray Ban. Para ir asi tenia que reconocer que era bastante mono. Estaba mandando un mensaje a alguien en el movil porque no paraba de mover los pulgares. Me acerque a mi sitio y le salude con un simple y sencillo "hola" que me respondio sin apartar la vista del movil. Me acomode y saque yo tambien el mio para avisar a mis padres que ya despegaba. Iba a ser un viaje largo.
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Dame ocho horas mas a tu lado
Teen FictionLeila tenia planeado todo su verano. Ir a la playa, estar con sus amigas o pasarselo en grande eran los objetivos que tenia que cumplir para tener las vacaciones perfectas. Pero no siempre las cosas son como uno las piensa, y cuando se entera de que...