"En la vida no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita", decían, y razón no les faltaba. Aquellos que tienen la audacia de vivir alejados de todo lujo innecesario conocerán el verdadero potencial del ser humano. Desgracia cae sobre los que no se dan cuenta de que no es lo mejor vivir dependiente, adicto o acostumbrado a aquellos lujos que sólo tienen como utilidad proporcionar y mantener el estado de bienestar en el que se encuentran las sociedades. Estos bienes no son lo propio de la naturaleza humana y su ausencia puede causarnos catastróficas consecuencias, hay que respetar y vivir concordes con nuestra propia naturaleza. Aquellos que de verdad se atrevan a vivir privados de lujos y tendiendo hacia las vías del saber verán que la verdadera felicidad se encuentra lejos de la sociedad. La libertad de vivir privado de obligaciones, dependencias y lujos es consecución de la autocracia individual. El ser humano se arriesga a vivir manipulado por entidades de poder que ni siquiera se molesta por conocer. Manipular al individuo es la manera más sencilla para la consecución de los intereses privados, degradando la importancia de los intereses del manipulado a la que se tendría por los intereses de una hormiga. No hagáis caso de lo que os digan sin antes consultarlo con vosotros y con vuestros intereses, jamás me cansaré de decirlo.
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Razonamientos
SpiritualSí, sí, aquí está lo más aburrido de lo que suele salir de estas fauces, es lo que mejor sé hacer. Algún audaz y tenaz cerebro algún día dijo que los filósofos nos enfrentábamos sin temor a las incógnitas que a muchos aterran por sus posibles respue...
