“Y si hubiésemos conocido otra cosa que no fuese sufrir, quizás habríamos apreciado más la vida, pero dado que desde que nacemos con miedo y llorando hasta que morimos sin fuerzas y derrotados, sólo nos vemos viviendo entre desgracias y penurias. Y siendo el único consuelo restante un puñado de condenados males menores y charlatanerías con las cuales nos distraemos para evitar mirar fuera de la ventana y ver el fuego y la ceniza chocando contra los cristales ardientes. A pesar del deprimente panorama, nos refugiamos patéticamente en lo que creemos correcto, en que las cosas están bien así porque no podemos hacer nada al respecto, alegando a voces al mundo que no nos vencerán tan fácilmente, pero al mismo tiempo implorando clemencia ante los huesos rotos, las carnes desgarradas y la sangre en torrentes. Y así nos aferramos con todas nuestras fuerzas a sobrevivir, a continuar con el calvario sin más objetivo que no morir. Y así veía en todos un miedo insuperable a dejar de sufrir, mintiendo y engañándose con piadosas palabras que suspiraban que todo iba a ir mejor, que todo iba encaminado a mejorar, que no tenía sentido existir si todo era sufrimiento. Lo más triste quizás sea que es lo que todos queremos, y más triste aún es morir sabiendo que lo que más íntimamente se conoció fue el sufrimiento, habiendo sido el más fiel acompañante que sólo te abandonó con la muerte”.
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Razonamientos
SpiritualSí, sí, aquí está lo más aburrido de lo que suele salir de estas fauces, es lo que mejor sé hacer. Algún audaz y tenaz cerebro algún día dijo que los filósofos nos enfrentábamos sin temor a las incógnitas que a muchos aterran por sus posibles respue...