Recuerdo esas épocas de otoño que compartimos, caminando por diversas calles sin rumbo alguno buscando constantes preguntas y respuestas, caminatas noctámbulas que pasé contigo, ¡cuántos temas abordamos mientras el humo nos hipnotizaba! Era un bello vals entre dos mentes que danzaban al ritmo de sus pensamientos. Sin embargo, ningún otoño es para siempre y siempre es interrumpido por un abrupto y desconfortante invierno. Aún así sigues a mi lado, conversando eternamente conmigo, una plática sin fin en la que el único objetivo es detener la incertidumbre que devora, deforma y destruye todo cuanto toca. Nada en el mundo me hará abandonarte, pues sé que te encuentras en la misma situación y que sin mí no eres nada y que yo sin ti soy otro. No ansío otra cosa que conocerte, de saber de ti lo mismo que tú sabes de mí, de conocer cada rincón de tu enferma mente y de junto a ti tender hacia la verdad. "Veritas in simplice", decían, mas no somos más que complejos seres que luchan por intentar leerse a sí mismos y a su alrededor, es un drama continuo el de saber de ti pero no saber nada de ti, y lo siento muchísimo, pero hago lo puedo. No prometo poder llegar a presentarme a ti, pues no sé dónde encontrarte, pero sé que si hay una remota posibilidad, por más minúscula que sea, de que te postres ante mí y respondas a mis plegarias, sé que la aprovecharía y jamás dejaría que te fueras.
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Razonamientos
SpiritualSí, sí, aquí está lo más aburrido de lo que suele salir de estas fauces, es lo que mejor sé hacer. Algún audaz y tenaz cerebro algún día dijo que los filósofos nos enfrentábamos sin temor a las incógnitas que a muchos aterran por sus posibles respue...