El hombre y su hogar

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Toda mi vida siempre he tenido ese rencor perpetuo a la distancia entre los sitios que he tenido la suerte de poder ver, una distancia que separa oportunidades de vivir experiencias únicas e irrepetibles dependiendo del sitio. Todos sitios en los que me gustaría permanecer una vida entera. Mas las limitaciones de la duración física de una vida me lo imposibilita, dejándome con una angustia estremecedora, pues la decisión de usar el tiempo que me queda de ser en un sitio específico es titánica. No sólo es la decisión de dónde tendré un mayor nivel de vida, es elegir el entorno que condicionará el quien soy, es escoger de cierta manera lo que seré el día de mañana, claramente es imposible saber qué factores modificaran nuestra forma de ser, sólo son incógnitas y variantes que se descubren de manera empírica, experimentándolos de primera mano. No seguiremos siendo iguales vivamos donde vivamos, allá a donde vayamos siempre cambiaremos porque es nuestra naturaleza, nuestro devenir es y será siempre nuestra obligatoria decisión. Vive como piensas o pensarás como vives, dijo un sabio uruguayo un día, y no se equivocaba.

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