Capitulo 10.

244 24 5
                                    

La voz de Aoi me gritaba a lo lejos. Después de que aquella voz me dijo que tendría visitas y que era al amor de mi vida, no deje de gritar... era Aoi, lo tenían y algo le harían me desesperaba no poder hacer nada; recibí un calmante ya que no podía dejar de gritarle. Conforme la dosis se pasaba escuchaba la voz de Aoi, escuchaba mi propio llanto y escuchaba risas, muchas risas que se burlaban de mi estado y de mi ilusa forma de creer en el amor siendo un prostituta. Era la voz de Aoi que me mantenía sedada, si despertaba la voz de Aoi se iría, yo no quería que él se fuera de mi mente.

–¡Masumi, despierta! –el grito desesperado de Aoi me hizo abrir los ojos. Ya no tenia en los ojos la venda y podía verlo todo. La habitación era oscura, y si, era húmeda. Pero frente a mí, estaba algo que anhelaba tanto. Aoi estaba frente a mí, atado de la misma forma que yo a una silla.

– ¡A-Aoi! –grite con fuerza y en mi rostro se dibujo una diminuta sonrisa, y las lágrimas comenzaron a brotar sin poderlas detener. Estaba mi Aoi frente a mi –p-pensé que jamás volvería a... a verte

De los ojos de Aoi igual comenzaron a brotar algunas lágrimas y una mueca queriendo volverse sonrisa estaba en su rostro.

–Pensé lo mismo Masumi... –u voz era a pesar de todo triste y apagada –lo siento Masumi... te metí en esto –Aoi suspiro y miro hacia su costado.

Me removí en mi silla para tratar de acercarme un poco a él, pero fue imposible, las ataduras las habían hecho más duras y la silla era más pesada... o tal vez mi cuerpo ya era muy débil. Suspire y él movió su vista hacia mí. Recordé el primer día en que lo conocí, llegue a mi departamento sucia y llorante... él con sus ropas elegantes y paciente actitud me rescato de aquel agujero, pero... ahora ambos estábamos en este agujero, y no sabía qué hacer para poder salvarlo a él.

–¿Nos mataran? –el rostro de Aoi palideció aun mas y negó con rapidez.

–No... a ti no te mataran, yo haré lo posible para que te dejen ir y no vuelvan a molestarte –él me regalo una pequeña sonrisa y luego suspiro mientras sus ojos volvían a llenarse de lágrimas, no me gustaba ver a este frágil Aoi –al menos... quiero que tú te vayas de todo este asqueroso mundo que nos rodea... del dinero que nos tiene vivos ahora y del trabajo que te degrada y...

–¡NO! ¡CÁLLATE! –le grite con las pocas fuerzas que tenia, mi voz se quebró y él me miro sorprendido, nunca le había gritado –T-Tu y yo nos iremos de aquí... t-tendremos una casa en un pueblo lejos de la cuidad –sonreí levemente mientras lloraba, imaginaba aquel futuro que nunca seria –de-después... tu... tu y yo, t-tendremos hijos y un... un perro para ju-jugar juntos y... A-Aoi...

No pude seguir más, mis lágrimas me impedían ver su rostro y el nudo en mi garganta me dolía tanto que ya no quería hablar nunca más. Baje mi vista llorando, pidiendo que ambos estuviéramos libres. Entre el llanto, Aoi me llamaba de nuevo por mi nombre, su voz dulce poco a poco me calmo, era Aoi a quien yo quería y amaría sin importar que cosas malas nos pasasen a ambos.

– Masumi, no llores más –él me miro con sus ojos tranquilos –no llores que me partes el corazón...

–Aoi... –mordí ligeramente mi labio y él no aparto su vista de mi. Calme mi llanto y solo mis sollozos se escuchaban en la habitación.

–Sabes... nunca nadie se había interesado tanto por mí como tú lo hiciste –Aoi me miraba fijamente sin poner ningún gesto en su rostro, y aunque su voz era temblorosa prosiguió –las novias que tuve se interesaban en solo mi dinero y nada más, incluso unas mujeres mayores se me insinuaron muchas veces... nunca las acepte, es difícil mantener una relación con una mujer que podría ser tu madre –Aoi rió un poco y me hizo sonreír también –también lo hicieron hombres, ¿puedes creerlo? Pero... nunca lo hice tampoco, un día sabia que encontraría alguien que no me quisiera por su dinero o por mi físico, sabes... y cuando estaba por rendirme y seguir los consejos de –la voz de Aoi se apago y sus ojos adquirieron un brillo de furia –estuve a punto de seguir sus consejos y desfogarme con cualquier mujer de cualquier prostíbulo... entonces fue cuando te vi...

–¿Me viste? –confundida ladee mi cabeza, Aoi me había dicho que Taree lo había enviado.

–Humm bueno... –él rió y me miro coquetamente, inclusive en nuestro estado podía hacer eso –un par de días antes yo había ido a ese burdel y te vi de reojo, salias de la oficina de Taree un poco cabizbaja. Aun así suspiraste, acomodaste tu vestido y saliste sin más... camine entonces a la oficina de ella y después de hablar un poco deje que me dejara revisar la lista de sus empleadas, y después de buscar al fin te encontré –sonrió levemente y suspiro enseguida– solo decía Taia y tenia escrita la palabra "protegida", pensé que entonces eras de las que iban solo para hombres podridos en dinero... Taree me dijo después que esa palabra la había escrito su padre... pues le "costaste" mucho y te quería como su hija... en resumen te seguí y justo ese viernes dije que debía ya conocerte mejor... me enamore de ti al instante.

Sonreí amplio al terminar de oírlo, se había enamorado de una prostituta. Él, un chico millonario que podía tener todo lo que quisiera se había enamorado de la prostituta peor tratada del burdel, eso me hacia amarlo más. Atados a esa silla y en ese cuarto húmedo y con escasa luz podía amarlo mucho.

–Gracias por amar a esta prostituta –reí levemente y él hizo lo mismo –contigo mi infierno se hizo llevadero, mi infierno se volvía paraíso contigo... y sin importar cuantos hombres me usaban, sin importar en cuantas cosas malas pasaban en mi vida, y sin importar cuantas personas pasaban en mi mente, Aoi, yo solamente te amaba a ti... eras mi todo, porque yo... yo te amo tanto Shiroyama Yuu...

–Y yo te amo de igual forma Saito Masu... –en alguna de las esquinas de la habitación se escucharon unos aplausos vacios.

Aoi y yo volvimos nuestra vista a todas partes pero nada se veía. Solo estábamos nosotros dos... mire al piso y le mire a él sorprendida, él solo asintió ligeramente. En esa habitación habían puesto micrófonos, alguien... nuestro secuestrador los había puestos para podernos escuchar y burlarse mas de nosotros.

–¿Han terminado ya de decir tantas cursilerías? –la voz distorsionada que me había dicho que Aoi estaría conmigo también nos hablaba ahora por el mismo micrófono.

Aoi gruño un poco mirando hacia el piso, agito su silla y sin más se precipito al piso. Asustada le mire pero el solo volvió su vista furiosa hacia la habitación.

–¡¿Por qué sigues mintiendo?! –Aoi grito con fuerza y golpeo con su cabeza el piso, me asuste un poco y el continuo gritando – ¡Da la cara de una buena vez, cobarde!

–Yuu... basta –murmuré mirándole –le he pedido muchas veces que deje de hacerlo y...

–No, Masumi... tu no lo entiendes –Aoi suspiro y miro al piso –él no tiene porque hacer esto, su fortuna es mas grande que la mía... su vida se ha ido en lujos y placeres, mujeres caen a sus pies... su vida es maravillosa, entiendo que tenga rencores conmigo... pero... –enseguida dejo de dirigirse hacia mí y grito a aquella voz –¡libérala a ella! ¡Ella no te ha hecho nada! Ella es inocente...

–¡Mentira! ¡Ella te ama, todo el mundo te ama y a mí nadie me ha amado! Ni siquiera mi padre me libero de aquellos hombres –la voz extraña al fin quito el filtro y sentí como mis ojos volvían a llenarse de agua y el nudo de mi garganta crecía –tu sabias las consecuencias Yuu...

The pleasure is... [Terminado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora