Como siempre es sabido, en este trabajo no podemos tener una pareja. Y claro los clientes no pueden enamorarse de nosotras. Si eso pasaba, todo dependía de quien era el enamorado. Si el enamorado era un chico cualquiera, él y ella eran castigados. Pero si el enamorado era un cliente con dinero, ella desaparecía.
– No quiero que te encuentren –murmure mientras acariciaba el pelo de Aoi con suavidad, mientras él dormía como un bebé.
De nuevo como todas las noches de viernes él y yo nos fundíamos en la cama hasta el amanecer. Desde que él había aparecido en mi vida todo era mejor. Inclusive los malos tratos que me daban Taree y Miho se compensaban con saber que Aoi me llevaría lejos de eso, lejos de todo. Solo él y yo.
***
– Hoy trabajas aquí –me dijo Taree mientras contaba cínicamente en sus manos lo que todas recibíamos diario de nuestros trabajos.
No siempre nos repartían con los clientes, a diario elegían a 15 chicas para que trabajáramos ahí en ese lugar, y obviamente no regresar a casa hasta el día siguiente.
Si alguien pasaba de día ahí era un lugar normal, un edifico grande, una casona común. La verdad claramente era otra. Miho era dueña de esa casona y desde un principio planteo que fuera su máxima fuente de dinero. La casa de citas o prostíbulo, a las lenguas era lo mismo.
– ¿Aquí? –abrí mis ojos como platos y le mire, yo no podía trabajar ahí. Era fin de semana y Aoi me esperaba en mi departamento.
– ¿Estas sorda? –escuche tras de mí la voz de Miho –Taree lo dijo claro.
– Bueno, es que yo... –mordí mi labio un poco, la imagen de Aoi esperándome pasó por mi mente. No quería dejarlo esperando.
– Acaso... ¿te espera alguien en casa? –Taree se inclinó hacia mi desde su escritorio –creo recuerdas lo que pasa si...
Trague el nudo que se había formado en mi garganta. Yo no quería que Aoi fuera herido, yo recibía un golpe diario de Taree y Miho, pero ellas no se encargarían de Aoi. Respire profundo mirando al piso y les mire.
– Me acostumbre a ir con los clientes fuera –mentí lo mejor que pude.
Miho levanto una ceja incrédula. Taree rio un poco y se dejó caer en su silla. ¡Oh no! No lo habían creído. Al final Taree suspiro y miro a Miho, ella asintió y ambas volvieron a mí. Miho sonrió un poco, "perversamente" y se acercó a mí.
– Solo trabaja hoy hasta la una de la mañana, no es mucho... –tomo mi barbilla y me miro – ¿Qué dices, princesita?
Aparte mi rostro y asentí. Taree se carcajeo victoriosa y llamo a otra chica que trabajaba con ellas. Ella me encamino hasta donde estaban las habitaciones. Me indico entrara en una y así lo hice.
Ahora sabía porque las chicas que trabajaban ahí en el prostíbulo no se quejaban de nada.
No era una habitación sucia o fea. Era la habitación más grande que hasta entonces había visto. La cama era grande y la cubría un edredón color rojo. A cada lado había una mesilla de noche con una lámpara grande. En una esquina un sofá de tono oscuro. Una puerta daba paso a un baño amplio, con bañera y velas aromáticas. Abrí un armario ubicado en la esquina frente a la cama, había más de 20 trajes distintos. Tome uno y lo mire extrañada. Si pudiera cobraría más por ponerme cualquiera de ellos.
Suspire y me deje caer en la cama, mire en una de las cómodas y había un reloj pequeño. Marcaba las 11:00 pm, si Miho decía la verdad solo trabajaría dos horas. Sonreí para mí misma y entonces llamaron a la puerta. Era la misa chica que me había llevado a la habitación; llevaba consigo un vestido negro y maquillaje.
– Taree y Miho –levanto su vista apenas a mí. Con gesto de temor.
– Entiendo –le quite las cosas de sus manos y me dispuse en ello. En menos de 15 minutos, yo ya no era Masumi, ahora era Taia.
Y después, en menos de diez minutos llego el primer cliente.
La habitación recompensaba mayormente a las personas que atenderíamos, era muy diferente ir con aquel cliente que te buscaba a esperar que llegara uno.
El primero fue un hombre ebrio, el segundo un hombre buscando algo para remplazar el dolor de su esposa que lo engaño. El tercero... el cuarto...
Aoi llego a mi mente mientras estaba con el quinto cliente. No pude sacarlo de mi mente por más que lo intente. Quería ver a Aoi, mi cuerpo ardía por verlo. Aoi... ¿me estaba esperando ya? ¿Haría frio afuera? ¿Aoi?
***
Mire a la mesa, marcaba exactamente la una de la mañana. Sonreí alegre y me puse de pie enredándome en una sábana, pero entonces el cerrojo de mi puerta se corrió.
Escuche un par de risas afuera, las risas eran Taree y Miho, corrí dejando caer la sábana hasta la puerta y trate de abrirla. Ellas me habían encerrado.
– Después de tanto –Miho rio con fuerza –después de tanto...
– La hora de salida para las chicas que trabajan aquí es a las cinco de la mañana... –Taree hablaba mientras las risas de Miho le hacían fondo –no podemos darte más clientes, pero aquí te quedaras.
Volví a escuchar sus risas alejarse y yo me quede petrificada frente a la puerta. Aoi me estaba esperando, Aoi...
Tape mi cara con ambas manos y me deje caer de rodillas frente a la puerta. Miho tenía razón, después de tanto tiempo con ellas creí que hablaban en serio. Mantuve mi vista fija a la puerta, sabía que no se abriría pero podía pensar que sería así.
***
– Taia, Taia
Abrí los ojos de golpe, frente a mi estaba esa chica que me llevo la ropa y maquillaje. Lucia asustada y agitada. Yo seguía desnuda frente a la puerta, solo entonces noté el frío que calaba a mi cuerpo.
– ¿Qué pasa? –le mire asustada -¿Ya son las cinco?
Ella negó y me ayudo a ponerme de pie.
– Taree y Miho salieron, vístete y vete...
La mire incrédula, si ella hacia eso. Yo, ella. Negué asustada y me cubrí con mis propias manos.
– A mí no me pueden hacer nada, vístete y vete ya... –lucia desesperación es sus ojos.
Asentí y tome un vestido, me lo puse seguido de un abrigo largo. Los zapatos bajos con los que llegue al trabajo, rápidamente tome mi bolso que estuvo todo ese tiempo bajo la cama y salí corriendo, No sé quién era esa chica y ni siquiera sabía si la volvería a encontrar.
Salí corriendo del prostíbulo sin siquiera ver a mi alrededor. Corrí como si alguien me siguiera, no sabía qué hora era. Trate de alizar mi pelo mientras aligeraba mi paso, no lo suficiente pero lo aligere. Deslice mi mano por mi bolso y encendiendo mí móvil que hasta entonces estuvo apagado revise la hora, apenas las 3 am.
Sin darme cuenta choque con alguien...
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The pleasure is... [Terminado]
FanficSaito Masumi, una joven chica que por decisión involuntaria adquiere el trabajo de prostituta, odiando a todos y cada uno de sus clientes, perdiendo la esperanza en el resto de la vida, sin deseos de avanzar. Hasta que una noche, alguien sin pensarl...