Capítulo cinco.

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-¿Que te dijo tu madre?- le pregunté a Rubén por skype.

-Se enfadó, como siempre. Dice que en un pueblo como ese no podré progresar en la vida - dijo mientras terminaba de recoger sus cosas.

-Quizás tenga razón, no es un pueblo muy grande, y menos aún conocido. - le contesté yo, observando como peleaba con su maleta, que se negaba a cerrarse.

-Ya, pues me da igual. Ella está demasiado ocupada con sus viajes, y como soy mayor de edad puedo vivir donde quiera, ¿no? - se cruzó de brazos y miró la pantalla frunciendo el ceño.

-Por supuesto - dije levantando los brazos en señal de derrota. - Mi madre ya te ha preparado la habitación, y aprovechará para salir este fin de semana de viaje, tiene que visitar a mi tía.

-¡Eso es genial! - grita alzando los brazos - Tendremos la casa para nosotros solos. Podríamos hacer una fiesta o salir a divertirnos.

Observé alzando una ceja como Rubén se acercaba a la cámara del ordenador hasta que esta solo podía enfocar su cara y ponía una mueca de penita, intentando conmoverme para que aceptase.

- Ha ha - dije, negando con la cabeza, sabiendo como le molestaba a Rubén que le contestase con sonidos que para él no tenían sentido alguno. - No estamos solos, te recuerdo que tengo una hermana de quince años con la que obviamente comparto casa.

-Ya... Bueno, pues que ella se venga también. - contestó, aún con su mueca de disgusto.

-Veremos películas malas tirados en el sofá y comeremos comida basura durante cuarenta y ocho horas. No aspires a más este fin de semana. - le dije poniendo tono de 'Es más que obvio lo que haremos'.

-Dime que al menos podré dormir de día y vivir de noche, como los búhos. - dijo lanzándose a su cama.

-Ah no, de eso nada. El lunes tendremos que madrugar los dos para ir a matricularte al instituto. Por muy mayor de edad que seas aún continuas estudiando. - contesté haciéndome el ocupado.

-Creo que me esconderé debajo de la cama.

-Ya, pues que te valla bien con las cucarachas.

Reí escandalosamente tras su mueca de pánico y asco.

-Te odio, Willy - contestó antes de apagar la cámara.

Rubén era uno de mis mejores amigos allá en la ciudad. Fue el primer chico que se molestó en tener una conversación conmigo cuando me mudé, aunque no fue para nada normal. Creo recordar que empezamos hablando de lo aburrido que era el profesor de historia, y terminamos hablando de el buen culo que tenía. Creo que es con la única persona con la que he hablado de chicos de una manera quizás algo intima, como cualquier otro chico habla sobre que tía las tiene más grande, Rubén y yo hablábamos de cuales seguirían estando buenos después de diez años. Incluso una vez intentamos tener algo, únicamente por saciar la curiosidad de ambos... ¡Pero nos resultó casi asqueroso! No podíamos vernos como algo más que amigos, o hermanos quizás, así que dejamos esa estupidez y continuamos con nuestra amistad.

-¡Guille!¡Guille! - gritó Sandra entrando en mi habitación con su móvil en las manos - ¡Mira!

Saltó sobre mi, que estaba tumbado en la cama y me acerco el móvil a la cara, casi tanto que estuvo a punto de pegarlo a mi mejilla. Miles de mensajes en un grupo de Facebook llamado 'Adolescentes en Woken Hils' comentaban la fiesta que generalmente todos los años se celebraba en la cabaña abandonada del bosque que rodeaba el pueblo. No era algo que me agradara, en una ocasión, antes de mudarnos me escapé de casa y fui con Gorka y con Teo. También recuerdo que fue la primera vez que bebí. Y también recuerdo, muy a mi pesar, y sabiendo que nunca me de iba a poder olvidar de ello, que aquella noche fue la misma en la que borracho por primera vez, le conté a Teo que estaba enamorado de él.

Atrévete a dominarme {Wigetta} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora