60.-

4K 372 50
                                    

fin flash back

Iruka: y desde ese día Ryouta no volvió a ser el mismo, nos odiaba, a ambos, a ti por sus ideas idiotas y a mi por ser quien recibió sus últimas palabras y no el, ya vez, cosas de la vida- dijo algo rendido, estaba sorprendida, y en parte estaba confundida, si eso era cierto, si mi madre me amaba tanto como nii san decía, por que me había tratado así las últimas veces? esa era una buena pregunta, pero, de verdad les había arruinado la vida? no... definitivamente no, mi padre fue el que decidió arruinase a propia -pero aún así, tu madre cumplió su promesa, se quedó y sigue contigo, no en vano eres la médium...-

____: la médium?- pregunté confundida, Itachi me había dicho eso mismo

flash back

____: si, soy médium- dije tranquila, Itachi frunció el ceño y luego agitó la cabeza -que pasa Itachi?-

Itachi: nada, solo me agarró por sorpresa que tu fueses médium, o mejor dicho, la médium-

fin flash back

Iruka: si, ser médium de nacimiento, o sin ninguna razón aparente, como ser jinchuuriki o algo parecido, es un fenómeno bastante extraño, sucede una vez cada 50 años, y han sido eliminados, desterrados o sobre explotados a lo largo de la generaciones, y tú, al parecer has tenido mucha suerte, tomando en cuenta que sigues viva y en un estado relativamente bueno-

____: pero eso se lo debo a ustedes, a ti y a todos loa que me han cuidado y protegido todos estos años- dije en un suspiro -gracias nii san- le estiré los brazos y este entendió que quería un abrazo, petición que fue inmediatamente correspondida 

Iruka: hmm... que raro, no vino Kakashi- pensó en voz alta y yo casi me atraganto con el pepino que estaba comiendo... como reaccionaría cuando se enterara... no suena nada bien -en fin, quieres cenar? creo que tengo unos cuantos dang....- iba a comentar cuando yo lo interrumpo salvajemente

____: DANGOS!!!!!- grite aturdiendo a todo ser viviente dentro le los próximos 10 kilómetros a la redonda... mi vida funciona así, todo puede ser un reverendo asco, mi vida puede ser un completa basura.... hasta que me ofrecen dulces, entonces todo el sufrimiento vale la pena con tal de poder disfrutar de esas maravillas creadas por un genio sin igual, lo e, decepciono.. pero es que.... SON DEMASIADO MALDITAMENTE DELICIOSOS!!

Iruka: esta bien, cenaremos dangos- dijo molesto aun aturdido

____: SIIIIIIII!! arigato arigato arigato Iruka niii!- y nuevamente aturdí a medio mundo, suspiró negando con la cabeza

Iruka: nunca cambias verdad pequeña?- dijo tomando la silla y llevándome al comedor para dejarme ahí mientras volvía con una caja de unicel llena de dangos y dos platos, se sentó junto a mi y empezamos a cenar, de la docena de dangos que había me había comido diez e Iruka uno, iba a agarrar el último pero un manotazo me interrumpe -chist! no seas gandaya- me regaño soltándose el pelo

____: pero Iruka nii...!-hice un pequeño berrinche pero este simplemente me ignoró y se llevo la caja de dangos junto con los platos sucios a lavar y guardar, bufé cansada y me dirigí a mi habitación, intentando no chocar con nada... logro que solo duro 15 segundos, pero ya que, después de uno 127 intentos, logré llegar a la habitación de Iruka donde me tomé la molestia de sacar una camisa holgada, que usaría de camisón para dormir, miré un momento una foto, que tenía en la mesita de noche, estaban mama y papa abrazados e Iruka en medio, recargado sobre mi... o lo que vendría siendo yo... la panza de lo que yo calculo 9 meses de mi mami, todos estaban sonrientes, pero en mi papa la sonrisa no era sincera, como si algo le molestará... hmmm extraño pero decidí ignorarlo y con mucho trabajo dirigirme a mi cuarto, donde abrí la regadera del baño y comencé el ritual para poder bañarme, me até el cabello en un moño para que no estorbara, me saqué la ropa, embolsé mi yeso y me adentré en la tina de agua calentita y me solté el pelo cuando empecé a sentir un enorme dolor a la altura de estomago, era un dolor muy fuerte y poco a poco me maree, pero no era un trance, no, era algo más después de unos minutos apretando los puños y los dientes para no alarmar a nadie, el dolor desapareció dejándome un poco pálida, mareada y jadeando

Sombras de arena (Gaara y tu) •Libro 1•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora