Invierno Daryl 5 años
Las calles se llenaban de luces, era fascinante para el niño que caminaba rápidamente entre la gente; su madre iba delante de él con paso zigzagueante. De pronto el pequeño se detuvo en una tienda de vitrales grandes por los que se veía un árbol de navidad brillante de colores con las esferas rojas, doradas, plateadas. La tira de palomitas y la enorme estrella en la parte alta; un árbol real jamás tendría ese brillo ni ese movimiento pero Daryl estaba encantado con esta fantasía.
Por un momento se le olvidó que llevaba los pantalones rotos y los zapatos sucios; que la gente lo miraba con lastima o lo esquivaban cuando lo veían. En su vecindario no habría tenido oportunidad de una vista como esa así que se alegró que al tío Rob le hubiera dado una congestión alcohólica y hubiera venido con su madre a este pueblo como sea que se llamara.
De una de las tiendas salió una mujer mayor, el cabello cano le caía en rizos mientras su sonrisa con la pérdida de un colmillo le daba un poco de miedo pero ella le ofreció un bastón de caramelo: blanco con muchos colores que Daryl miró con fascinación mientras la mujer volvía a sonreír —Es tuyo, feliz navidad—.
Daryl estiró la mano pero una mano más grande golpeó el dulce para que cayera al suelo y se hiciera añicos. Al levantar la vista vio a su madre con el semblante cansado — ¡No necesitamos su limosna! —. Exclamó su madre, lo cogió de la mano y lo arrastró al camino que se suponía que debían ir para hallar el hospital.
Aunque Daryl quería llorar por la pérdida de tan hermoso dulce, no lo hizo porque los niños no lloraban; en su lugar camino con más velocidad. Una vez en el hospital se sentó en un banco duro mientras su madre se hacía cargo de ver donde estaba el tío Rob. Estaba enojado por perder el caramelo pero no iba a enojarse con su mamá: ella siempre sabía que era lo mejor.
—Estúpida navidad, no sirve para nada— se quejó mientras se recargaba en la silla.
—No es estúpida, es bonita porque recuerdas que amas a las personas que están alrededor de ti— dijo una voz de mujer en el pasillo a su lado. Daryl casi saltó del susto pero se cruzó de brazos al ver que tenía una hermosa mujer con una lata de refresco en la mano.
— ¿Puedo sentarme a tu lado? —pidió la mujer con una amplia sonrisa, el niño se encogió de hombros y ella se sentó.
—El amor también es una estupidez— contestó Daryl, vio a su madre caminar con una de las enfermeras por uno de los pasillos.
Volvió su atención a la mujer de al lado que soltó una pequeña sonrisa —Bueno, eres muy pequeñito para decir eso. Además todavía no conoces a la persona que te va amar como lo necesitas—. Explicó ella.
Daryl se sintió ofendido ¿hablaba de su familia? —Yo no necesito sus palabras de mierda—. Contestó con molestia y se iba a poner de pie cuando la mujer puso sus manos en las de él, el gesto paralizó al niño.
—Me disculpo, no quise que sonara así. Me refería al amor de adultos, que quieres pasar mucho tiempo juntos y fiestas, navidad es una de ellas— le explicó y ofreció la lata de soda que Daryl aceptó de mala gana.
—No va a existir nadie así, yo no me voy a enamorar— contestó él con mucha seriedad.
—Correcto, hagamos un trato: yo voy a pedir a Dios por que encuentres a la persona y si tú te das cuenta que si existe no vayas a alejarte— pidió la mujer.
En ese momento una de las enfermeras llamó —Josephine Greene—.
La mujer sonrió —Tengo que irme así que espero que cumplas con tu parte del trato—.
Daryl abrió la lata y bebió un poco. Hizo una mueca mientras veía a la mujer alejarse — Yo no acepte nada—.
Primavera Daryl 15 años
Inusual era tener esta lluvia torrencial, Daryl tenía hambre y Merle no paraba de fumar esa maldita yerba por lo que estaba perdido en un lugar muy lejano. Pronto comenzó a gotear el techo en una de las esquinas. Su padre se había ido por varios días y Daryl no iba andar de quejumbroso por la tormenta.
Salió de su casa para comprar algo en una tienda; con esa tormenta no existía nadie que se atreviera a salir, bueno, aparte de él que llegó empapado al lugar. Tomó una bolsa con pan y mermelada de fresa, al llegar a la caja trató de mostrarse irritado pues ahí estaba trabajando la chica que había salido con Merle seis meses atrás y que hace unos días le había coqueteado para hacer enojar a su hermano.
—Mírate, estas empapado— dijo la cajera. Una mujer de unos 20 años con una trenza de lado y cabello castaño; su tono era de desconcierto mientras pasaba las cosas para cobrar.
Daryl entregó el dinero y volvió a la casa donde Merle seguía perdido así que decidió hablar al aire sobre esa tonta mujer que solo estaba tratando de hacer enojar a su hermano y que de hecho no planeaba quitarle la virginidad. Preparó un sándwich, luego de comer se quedó dormido.
—Ey hermanito, despierta— le dijo una voz áspera de Merle.
Él abrió los ojos lentamente y frente a él tenía una hermosa mujer de pechos enormes con un labial rojo; no la conocía así que saltó sorprendido. Merle dio una sonrisa burlona mientras la mujer se sentaba al lado de Daryl con una sonrisa tierna.
—No digas que no te escucho, alcancé a entender lo que querías y te traje un obsequio— dijo Merle.
Daryl miró con desconcierto a su hermano y luego a la mujer, de pronto todo tuvo sentido: Merle le había contratado una prostituta para que tuviera su primera relación sexual. No era lo que quería y no era a lo que se refería pero ahora ya no podía decir que la idea era mala; se dejó conducir a su habitación por la mujer.
La experiencia fue todo menos placentera y se sentía tan avergonzado que la mujer se sintió apenada pero necesitaba el dinero y Daryl decidió insultarla por ello, le llamó ramera varias veces pero la mujer comprendió que trataba de ocultar su propia vergüenza así que solo mencionó mientras se marchaba —Será mejor con otras personas, solo debes practicar—.
Cuando salió de su cuarto Merle le apretó los hombros, muy contento, no paraba de hablar sobre lo que es ser un hombre y Daryl solo quería darle un puñetazo en la cara pero no lo hizo porque era su hermano y siempre sabía qué hacer.
Hola, hola. Si tienen curiosidad por el resto de la historia se encuentra en privado. Solo necesitaras seguirme para terminar de leer. Esto solo es para dar visualización a otra obras así que si te pasas por ellas seguro me da curiosidad visitar tu perfil ;)
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Nacida así (bethyl)
Fanfic"Pronto nos vamos a ver" era un mensaje que Daryl y Beth recibían en momentos oscuros o situaciones peligrosas, una promesa que les daba paz. Mucho antes de conocerse y cuando el destino decidió que estuvieran juntos era porque había zombis acechand...