CAPÍTULO XL

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"Keisy, estoy muy contenta, todo salió bien, mis padres no me castigaron, sólo me dijeron que debo confiar más en ellos, y ya. Que felicidad la que tengo en éstos momentos. Hoy será un día de completa felicidad. A partir de hoy viviré sin mentiras, sin ocultarle nada a nadie. Viviré plenamente, al fin lo conseguiré. Gracias Dios, ahora mi vida es hermosa, y todo es hermoso. Mi abuela es una maravillosa mujer, y sobre todo la mejor *abue* del mundo. No sé que habría sido de mí sin ella... Ha hecho tanto por mí que no tengo suficientes palabras para agradecerle, me ayudó al regalarme el diario, ese diario que tanto he amado, y además ayudó a Patrick cuando más lo necesitaba, definitivamente, le debo mucho. Pero no sólo a ella, también a mis padres, ¿qué habría sido de mí si ellos no hubiesen sido tan intensos conmigo? ¿cómo estaría si ellos no se preocupasen por mi alimentación, por mis estudios, por todo? Gracias a Dios tengo mucho y ahora que lo sé, soy feliz. Me despido con mucho cariño de ti mi querida hermana Keisy (Creo que te trato como una persona, pero es así como lo siento, y por eso me expreso de esa manera) Te quiero".

Att: Maraya G.

¡Rín! ¡Rín! (Sonó el teléfono de Maraya).

- Hola ¿Quién es?

- Hola Maraya es Patrick.

- ¿Patrick?

- Sí, te quiero invitar a ir a un lugar.

- ¿Invitarme? ¿a mí?

- Sí Maraya, a ti. ¿Qué dices?

- Está bien, acepto. Pero, ¿a dónde iremos?

- Quiero que sea una sorpresa.

- Jajaja ¿Sorpresa?

- Sí, sorpresa ¿qué piensas?

- Está bien. Si eso quieres acepto, espero que tengas buen gusto en la selección de ese lugar.

- Te aseguro que te encantará.

- Entonces no vemos.

- A las 4 p.m. ¿te parece?

- Sí, perfecto.

Maraya estaba muy emocionada, era como un sueño, Patrick la había invitado a salir, aunque seguro era como amigos, pero ella sabía que iba a ser una gran tarde para los dos. Maraya estaba plenamente feliz, y fue a buscar a su madre para que le aconsejase.

- Mamá necesito de tu ayuda.

- ¿De mi ayuda?

- Sí, sé que es extraño que yo te solicite para hacer algo pero es así, requiero de tu ayuda.

- ¿Y en qué soy buena?

- Estoy indecisa en escoger que colocarme.

- ¿Saldrás?

- Jajaja sí.

- ¿Con permiso de quién jovencita?

- Con el tuyo.

- Pues no recuerdo haberte otorgado permiso para salir.

- Mamá... ¿Puedo salir?

- ¿A dónde?

- No lo sé.

- ¿Qué? ¿vas a salir y no sabes a dónde?

- Sí.

- Entonces no.

- Mamá, lo que sucede es que Patrick me invitó a salir, pero me dijo que era sorpresa el lugar.

- Eso... ustedes como que se las traen ¿o me equivoco?

- Pues te equivocas. Patrick es mi amigo y nada más.

UNA VIDA NO TAN PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora