CAPÍTULO XVII

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" ¡Oh! querida Keisy, en toda la noche no  he podido conseguir el sueño, ¡wow! la propuesta que me hizo Patrick fue hermosa, salir al lugar especial, bueno, su lugar especial. Recuerdo muchas cosas allí... Nos peleamos, aunque yo pensé que él se había molestado mucho conmigo creo que fue más mi molestia que la de él conmigo; ¿sabes? Patrick es un buen chico, es una gran persona, un gran amigo. Espero que esta salida me sirva de algo y hablando de salida ¡oh por Dios! lo había olvidado, estoy castigada y ahora ¿qué hago? mis padres no me van a dejar salir. Estoy definitivamente castigada porque supuestamente hice llorar a mi mamá, cosa que no es verdad. Y ahora ¿qué hago? ¿qué hago? creo que... Tendré que limpiar, cocinar o hacer cualquier cosa que me ayude a salir de esta casa; pero si  a mi papá no lo hubieran despedido, yo no estaría aquí tratando de ingeniarmelas para poder salir, y si mi mamá no hubiera montado su escenita de drama, yo puedese ir tranquilamente al lugar especial de Patrick. Ahora también tengo que elegir un atuendo que usar, porque no puedo salir como campesina...  quería hablarte de otra cosa, ayer además de la propuesta de ya sabes quién, el director del colegio me dijo que tenía  que comentarme algo y eso algo era mis calificaciones, si no las aumento me va a suspender la beca y además mis padres se enterarán... lo que significa triple castigo o quíntuple castigo, lo que sería la desgracia para mí. No sé qué hacer Keisy, tengo que inventarme algo. Con esto me despido, no fue un día alegre o productivo, pero lo tuve que vivir y ahora estoy acá. Espero que aunque no me puedas hablar me estés deseando lo mejor en la salida que tengo con Patrick en su lugar especial" .

Att: Maraya G.

Maraya Después de terminar de escribir en su diario decidió ir a a buscar sus padres, sobre todo a su mamá para ofrecerle su ayuda en los quehaceres de la casa. Este sería su plan para lograr salir de allí.

- Hola mamá, ¿Cómo has estado?

- ¿Disculpa? - dijo la mamá un poco extrañada - ¿me estás hablando a mi?

- Sí, es a ti, quisiera hacerte una pregunta.

- Ya decía yo que tu interés sería por algo, siempre eres así, muy interesada.

-  A lo que vine. Quiero proponerte un trato.

- ¿Trato? ¿para qué? y ¿por qué?

- Quisiera ayudar a limpiar la casa, y si quieres te ayudo a cocinar aunque no sé mucho.

- Y ¿con qué fin harás todo esto?

- Verás, necesito salir y como estoy castigada supuse que si hago todo esto saldré.

- Pues te equivocas, creo que necesito algo más que tu ayuda en la casa.

- ¿Qué más quieres que haga? voy a hacer todo lo que te toca hacer a ti. 

- Creo que me merezco unas disculpas.

- Disculpa - dijo susurrando.

Maraya se sentía humillada, sentía que su ego se caída y su orgullo se iba derrumbando... Eso era lo que quería a su madre. Que fuera aunque sea un poco humilde y que reconociese lo mal que se había portado.

-  ¿Ahora sí puedo? ¿me das permiso?

- Sí,  no más termines de ayudarme puedes salir.

- Ok.

Maraya no dijo ni una sola palabra más a su madre. Terminó los quehaceres y se fue a su cuarto a arreglarse para luego disponerse a salir.

- ¡Al fin terminé! Ahora tengo que decidir que vestido me voy a colocar, tiene que ser algo muy lindo o me visto con un Jean y una camisa (pero que sea presentable, algo lindo).

Mientras Maraya decidía que colocarse, sonó su teléfono.

- Hola Maraya, quisiera saber si te puedo recoger en tu casa para ir al lugar especial.

- Sí claro. Me parece bien.

- Bueno, estaré allí en una hora.

Mientras ella pensaba en todo eso, le vino a la mente - Si él viene a recogerme a mi casa, mi mamá va a comenzar a interrogarme y no quiero hablarle, así que mejor le digo que yo llego allá.

Sonó el teléfono de Patrick...

- Hola Patrick mejor yo llego allá. Estaré allá en una hora.

Patrick quedó un poco extrañado con ese cambio repentino de opinión. Sin embargo, no dijo nada; Sólo respondió con un - Ok nos vemos.

Una hora después.

Ya habían llegado los dos a ese lugar especial. Maraya se había colocado un vestido floreado de colores vivos que quedaban perfectamente con su cabello color castaño claro y sus ojos de color marrón, mientras que Patrick se había vestido con una franela casual y con unos jeans que  estaban muy bien combinados con su hermoso cabello rubio y sus ojos azules.

- Hola Patrick ¿Cómo estás? - preguntó Maraya.

- Hola Maraya, bien ¿y tú? ¿estás mejor que ayer?

- Sí, algo.

- Cuéntame ¿por qué algo?

- Es que tuve problemas con mi mamá y me castigaron, entonces... Tuve que limpiar, cocinar y hacer mil cosas para poder salir de la casa y venir hasta acá hoy.

- ¿Qué significa? ¿qué hiciste cosas que nunca habías hecho por venir acá y hablar conmigo?

- Tampoco exageres, simplemente quería salir del castigo.

Maraya se sintió un poco extraña después del comentario de Patrick, le pareció muy indebido, sin embargo no dijo nada.

- Déjame decirte que ese vestido te sienta muy bien. Es hermoso... igual que tú.

- Esas últimas tres palabras habían dejado a Maraya muy nerviosa.

Patrick lo notó, por eso le dijo - Tranquila, no es para que te asustes o te pongas nerviosa.

- Bueno... Gracias - dijo titubeando - tú también estás muy lindo hoy, esa ropa hace magia por lo visto - dijo en tono de burla.

- Jajaja No es la ropa, soy yo ¡créeme!

Los dos comenzaron a reír y luego de un rato los dos se comenzaron a mirar fijamente ¡fue hermoso!

Maraya se sintió feliz e incómoda al mismo tiempo y por eso sacó un tema de conversación.

- Cuéntame ¿cómo has salido últimamente en clases? - Maraya después de hacer esa pregunta se arrepintió, pero esa era la única forma de eliminar ese momento incómodo.

- Bien,  bien, y hablando de eso...  Quiero proponerte ayudarte en cualquier cosa que necesites de clases, si quieres nos podemos reunir acá y estudiamos juntos ¿te parece?

- Sí, me parece una gran idea, quiero agradecerte por todos tus buenos consejos. Por ser esa persona que me ha apoyado y que a pesar de que no eres una mujer o una chica (ya que quizás la mayoría de las adolescentes de mi edad tienen una mejor amiga), yo  te he conocido y eres como esa amiga que no he tenido.

- De nada. Yo también quiero agradecerte por ser mi primera amiga en éste colegio ¡gracias!

-  ¿Qué tal si vamos a comprar algo para comer? - preguntó Maraya.

- Sí, vamos tengo mucha hambre jajaja.

Los dos se fueron a comprar algo de comer  y después de eso cada uno se fue a su respectivo hogar. Y de esa manera terminó el día de Maraya.

¡GRACIASSSSS POR LEER!

UNA VIDA NO TAN PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora