Uno

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Llegue al departamento pasadas las doce, dejé las llaves en la encimera de la cocina y entré a la ducha. Hacía pocos días que vivía allí y sin embargo ya era completamente capaz de ubicarme a oscuras sin tropezar con nada; supongo que es una de las ventajas de vivir sola, todo siempre está como lo dejaste.

Salí de la ducha y luego de vestirme con un suéter gris de la universidad y un short rosa encendí la luz de la cocina, la cual debido a lo pequeño del espacio iluminaba hasta la entrada. Subí la laptop a la encimera y mientras encendía me serví un tazón de cereal.

En cuanto la portátil encendió abrí el correo y me dispuse a contestar un mensaje de mi hermano mayor que llevaba más de un mes en la bandeja. Leí el mensaje en donde me contaba que la banda se había tomado un día libre en su gira y había salido con Lucy (su novia) a conocer Valencia, que me había comprado un regalo, que esperaba verme pronto, que lamentaba no haber asistido a la boda de mamá y que me quería. Redacté la respuesta un poco apenada por tardar tanto en contestarle.

Hola Peter, pues el último mes ha sido de locos, mamá y Kevin se fueron de luna miel indefinida a una cabaña en Brasil y me dieron la mitad del dinero de la venta de la casa de mis padres como regalo de graduación así que compre un pequeño departamento cerca del paseo principal de la ciudad universitaria y un viejo Volkswagen blanco. La última semana la pase desembalando las cajas y hoy es el primer día que enciendo la laptop. Lamento no haberte respondido antes, espero que estés bien. ¿Cómo va la gira? ¿Cómo esta Lucy?

Con amor, Charlie.

Una vez que el mensaje se envió apague la portátil y dejé el tazón vacío en el fregadero. Justo cuando me disponía a apagar la luz de la cocina llamaron al timbre.

-Qué extraño-Pensé en voz alta.

Eran cerca de la una de la madrugada y las únicas personas que me visitaban estaban de gira con su banda de rock o de luna de miel en Brasil. El timbre sonó de nuevo y me acerque para ver por el ojo mágico de la entrada. No había nadie y aún así el timbre sonó la tercera vez así que abrí la puerta. Para mi asombro frente a mi estaba el joven más extraño que había visto jamás, era tan alto que su cabeza casi tocaba el marco de la puerta, tenía el cabello un poco largo y despeinado de color blanco y unos penetrantes ojos azules que ahora se fijaban en mi con el mismo asombro que debían tener los míos, tenía los labios rojos por el frío que hacía afuera y llevaba un sobretodo gris.

-¿Se te ofrece algo?-Le pregunté sorprendida de encontrar mi voz mientras veía como adelantaba su mano derecha en la que llevaba un peculiar bastón negro.

-¿Qué sucede Adam?-Preguntó una voz aguda y vi que detrás del joven acercándose a la puerta estaba una chica tan extraña como él; tenía largos bucles de color rosa y los ojos de un sobrenatural color dorado con los que me miró con extrañeza como si la que desentonaba en el lugar fuese yo; usaba una falda negra de pliegues, unas botas altas y una camisa blanca de cuyo cuello colgaba una piedra azul eléctrico que parecía relampaguear-¿Quién eres?-Sentí su mirada despectiva como una evaluación que había reprobado y odie la forma en que sus carnosos labios rosa sonreían con burla.

TraidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora