Tres

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Despedimos el programa con Poison de Rita Ora y aun sonaba cuando encendí la radio de mi viejo Volkswagen. Salí del sótano del edificio y aceleré en la avenida.

-Rayos-Gruñí al verme atascada en el tráfico, el chófer de una gandola de combustible había perdido el control y ésta ocupaba los tres canales, los policías estaban desviando el tráfico por un distribuidor que no conocía y odie tener que desviarme.


Hacían más de diez minutos que no veía a otro conductor en la vía, no entendía como había sucedido. Cuando me desvié todos los carros delante y detrás de mí hacían lo mismo y estaba segura de no haber visto ningún distribuidor, ni desvío o cruce. La carretera no era más que una calle oscura de dos canales que daba una terrible sensación de ser infinita, tomé mi teléfono para ubicarme en el GPS pero estaba fuera de cobertura, entonces lo dejé sobre el asiento y le subí a la música, deje que Message in a Bottle de The Police se tragara la variedad de sonidos nocturnos de la carretera esperando ver pronto la siguiente señalización de desvío.

Escuché el crujido seguido de un estruendo que hizo saltar el auto y el volante tembló en mis manos sin saber contra que había chocado, me detuve de inmediato y tomé mi teléfono para ver que estaba sin cobertura de nuevo, le baje a la radio y abrí la puerta mientras encendía el flash del teléfono para ver debajo del auto, nada. No había nada, así que caminé hasta la trompa del auto y lo vi, un cuerpo en el suelo, estaba en una posición extraña y llevaba una camisa manchada de sangre. Las piernas me temblaban al caminar hacia él, tenía los ojos cerrados y su pecho subía y bajaba de forma antinatural.

-¿Señor?-Susurré sintiendo el temblor en mi voz y tratando de forma inútil de llamar a la policía-Estúpido teléfono-Lo dejé en mi bolsillo y me agache junto al hombre para sacudirlo en un intento de hacerlo reaccionar pero el olor fétido me hizo dudar-Despierte-Balbuceé sacudiéndolo desesperadamente sin obtener ninguna reacción más que su respiración extraña-Por favor no muera-Intenté arrastrarlo al auto y entonces abrió los ojos y la impresión que su mirada completamente negra me causo hizo que lo soltara de inmediato para levantarme al ver que sonreía.

-No te preocupes-Sus dientes estaban partidos y de un enfermizo color oscuro-No he muerto-Se burlaba con una voz oscura caminando hacia mí al ver que retrocedía hacia mi auto-No huyas, nadie podrá salvarte-Continuó como disfrutando de mi terror y justo cuando iba a subir al auto sentí sus largas uñas en mi espalda rasgando mi franela azul-Tienes unos bonitos ojos grises- Observó tomando mi rostro entre sus manos y yo intenté apartarme de su apestoso aliento, claramente era un vagabundo drogado con una fuerza impresionante-¿Cómo te llamas?-Susurró a mi oído y yo me tragué las náuseas y le respondí.

-Charlotte Archer-Escupí y el extraño sonrió-No me mates-Odie decir aquello como lo haría la típica víctima de una película de terror y le pateé la entrepierna con todas las fuerzas que tuve pero éste solo se carcajeó.

-Debo hacerlo Charlotte, has roto las reglas- El vagabundo reía mientras yo lo golpeaba y me sacudía en un intento de escapar de su agarre.

-No sé de qué hablas-Estaba jadeando, entonces fui consiente de mi fin, no había explicación, estaba loco o probablemente drogado y yo solo era una víctima al azar que había pasado por el lugar equivocado en el momento equivocado.

-No se habla de Teimerland- Dijo apretando mi cuello-Ni de su gente a los humanos, jamás.

-¿Humanos?-Mi voz se oía lejana y mi visión se estaba volviendo blanca, entonces recordé mi sueño, al joven de la motocicleta y a Julián en la radio contándole a millones de oyentes algo que le pareció divertido y me alarmé al pensar en Julián-Julián-Fue lo último que pronunciaron mis labios antes de que mi visión y mi mente se tornaran completamente blancas.

TraidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora