Foxy llegó al segundo piso, pero este era diferente, la puerta principal estaba bloqueada con tablones de madera clavados a la pared. La puerta estaba abultada, como si la hubieran golpeado desde el otro lado varias veces.
Foxy se preguntó que encontraría al otro lado pero eso no serviría de nada, lo mas cauto era volver con bonnie cuanto antes así que tomó la hoja de cortacesped, la introdujo bajo una de las tablas y empujó con fuerza haciendo un efecto palanca que acabó arrancándo el tablón. El zorro tomó el trozo de madera y fue a repetir el proceso con otro más, una vez tuvo los dos tablones bajó de nuevo las escaleras y soltó la madera en uno de los escalones para que no se mojara con el agua, acto seguido le prendió fuego.
Foxy tomó uno de los peces de suelo y lo atravesó con la hoja del cortacesped, acto seguido hizo lo mismo con otro pez y la otra hoja para ponerlas al fuego una vez tuvo los dos peces.
Entonces foxy se sentó junto a bonnie, puso la mano en su frente y acarició su cabeza con cuidado de no tocar su herida. Después de un tiempo acabó durmiendose.
Después de un tiempo el zorro abrió los ojos y vió a bonnie caminando en círculos por la habitación, tenía las manos en la cabeza y las orejas agachadas.
- ¿bonnie?
- shh... Calla... Estoy recordando algo.
- ¿en serio?
- sí... No... Recuerdo algo y si me esfuerzo el recuerdo aparece en mi mente... Pero necesito concentración.
- ¿me puedes decir que ves?
- ve-veo... A tí.
- ¿a mí?
- sí... Erás pequeño... Estabas desnudo y me mirabas fijamente. Tus ojos brillaban en la oscuridad y te temblaba la voz.
- quizá no deberías recordar eso...
- ¿por que?
- si es el recuerdo que creo que es no lo veas... Es vergonzoso.
- pero es una parte de nosotros... Una parte que tu sabes y yo no.
-...
Estábamos en la ciudad, los dos ibamos caminando por la calle cuando una de esas hordas de salvajes nos cortó el paso.
Su piel estaba completamente chamuscada y algunos ni siquiera podían poner un pie delante del otro sin tropezar. Eran ellos... Los que no pudieron protegerse cuando cayeron las bombas. Su piel se quemó por el fuego y su cerebró se pudrió por la radiación convirtiendolos en una version mala de los zombies de las peliculas del viejo mundo.
- sé lo que es un salvaje.
- ca-callate... Intento pensar.
- bién...
Lanzaste una granada y me tomaste de la mano para escapar. Nos escondimos en un viejo edificio y pasamos allí la noche. Hicimos un pequeño fuego y estabas bastante raro. Habías perdido toda esperanza y pensabas que moriríamos allí ya que los salvajes habían sobrevivido y habían empezado a aporrear la puerta del piso inferior.
Yo tenía miedo, estaba muy asustado y tu tambien aunque sabías controlarte para que no perdiera los nervios. Me abrazaste con fuerza.
- Bonnie... Yo... Creo que moriremos aquí.
- no debimos venir aquí... Es todo mi culpa.
- no lo es -dijiste con tranquilidad- solo hemos tenido mala suerte aunque si lo miras por el lado bueno seguimos juntos.
- sí...
- y no hay nadie más con quien me gustaría morir.
- yo...
- Bonnie... Tú... Debes saber algo.
- ¿eh?
- verás... Algunas personas al estar mucho tiempo juntas pueden llegar a sentir algo por la otra persona.
- se de donde vienen los niños... No hace falta que me dés esta charla.
- esto no es una charla de educación sexual... Lo que quiero decir es que tú...
En ese momento Bonnie se quedó quieto en el sitio y se volvió completamente rojo por lo que foxy miró al suelo avergonzado esperando un segundo rechazo que ya había creído superar pero en cambio Bonnie suspiró descargando una gran tensión y decepción como si se hubieran acumulado en sus pulmones.
- ¿Bonnie?
- dejalo... Mis recuerdos se han mezclado con mis sueños...
- ¿eh?
- creí que podría recordar...
- no te preocupes, es mejor así.
- no lo es.
- todo a su tiempo, si has recordado podras volverlo a hacer.
- pero...
- dejalo... Solo ven, quiero ver si ya estás mejor.
- estoy bien... Creo que el golpe en la cabeza me esta devolviendo la memoria.
- eso no tiene sentido, ven aquí.
- vaaaale.
Bonnie se acercó a foxy y este le puso de nuevo la mano en la frente, la fiebre había bajado un poco así que pudo respirar aliviado.
- ¿tienes hambre?
- un poco.
- toma -dijo dandole uno de los peces- come.
- ¿es seguro?
- por supuesto.
- bien... Gracias.
- Bonnie... Me gustaría hablar de algo.
- ¿algo?
- bueno... Algo que dijiste delirando.
- ¿eh?