Capitulo 7

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Estaban sentados en aquella banquita del parque cerca a la casa de Kurt. Rachel trataba de averiguar qué era lo que le pasaba al de ojos azules pero ni él mismo lo sabía. Estaba molesto, de eso si estaba seguro. Fue tan impresionante para él ver esa imagen con sus ojos, que lo primero que sus impulsos hicieron fue sacarlo de ahí en ese mismo instante.

—Mira, ahí viene tu padre —señaló Rachel a Burt que venía por esa misma avenida —por favor se respetuoso y no digas cosas de las que después te puedes arrepentir —sugirió la castaña mientras se levantaba de su asiento —volveré a casa y tú después iras con tu padre y todo se solucionara, ¿Vale? —Añadió con una gota de esperanza en su tono de voz.

Rachel dio media vuelta y se marchó de vuelta. Se cruzó a medio camino con Burt quien ya estaba a punto de llegar donde se encontraba su hijo. En su rostro una expresión de preocupación lo acompañaba y a pesar de que tenía el corazón en sus manos estaba muy seguro de lo que estaba a punto de hacer.

—¿Puedo sentarme? —Preguntó tímidamente Burt mientras se acercaba a la banca.

Kurt asiente y Burt se sienta. Mientras que Kurt solo tenía agachada la cabeza su padre comenzó con un montón de explicaciones que aunque sonaba grosero, Kurt no las había pedido. Porque no las sentía necesarias. 

—Es una gran mujer Kurt. La conocí hace ya varios meses y la verdad hijo, no sabía cómo decírtelo, no sabía cómo ibas a tomar la idea de que pudiera conocer y tratar a una mujer que no fuera tu madre. Tú más que nadie sabes cuánto amé a Elizabeth y lo duro que fue para mí perderla. Pero aún me siento vivo Kurt, quiero darle la oportunidad a mi corazón de que vuelva a sentirse amado por alguien más. Elizabeth siempre permanecerá aquí —Burt agarró la mano de su hijo y la llevó a su corazón —Y de ahí nunca saldrá...

—Papa... ¡Papa! Para por favor —pidió Kurt en un tono condesendente —mira, lo que me molesta no es la mujer. La vida me ha enseñado a no juzgar a la gente antes de conocerla, lastimosamente la gente no aplica esa ideología conmigo. Lo que me molesta es que no me hayas dicho apenas lo sentiste. Yo... Kurt Hummel te quiero a ti más que a nadie en este mundo. Eres mi única familia y eso nunca va a cambiar. Siempre voy a querer lo mejor para ti así como tú lo quieres para mí. Nunca voy a juzgar tus decisiones, después de todo el mayorcito aqui eres tu —bromeó —así que si tú crees que aquella señora es la persona que tú quieres, no seré yo quien me interponga 

Kurt se sentía más liberado después de haber dicho eso, su rabia ya se había desvanecido y ahora entendía todo con cabeza fría. Burt por su parte se le ha quitado un peso muy grande de encima, ya se siente más liberado y su corazón se sentía un poco más liviano que hace unos segundos.

—Perdóname de verdad Kurt —añadió arrepentido — sé que debí haber confiado en ti pero en serio que no era fácil contarte algo así. No me sentía capaz. 

—No te preocupes papá —dijo con una sonrisa —ahora vamos a casa que tengo que conocer a alguien ¿Cómo me dijiste que se llamaba? 

—Carole —replicó dibujándose una sonrisa.

—A la Señora Carole — ambos se pararon de su asiento y se dirigieron a casa.

La tarde transcurrió muy bien para la pequeña familia, Kurt llegó un poco tímido y de un beso en la mejilla saludó a la señora Carole quien estaba más preocupada que todos ellos. Al principio todo iba muy incómodo, pero conforme iba avanzando la conversación se iba sintiendo más a gusto el ambiente. Ademas todo fue aclarado justo a tiempo. Carole era la mama de Finn, el chico con el que salía Rachel lo que llevó por sorpresa a todos. 

Cuando cayó la fría noche, Burt se fue a acompañar a Carole a su casa mientras Rachel y Kurt aprovechaban para tener una charla de amigos. Kurt estaba nervioso pero sabía que había llegado la hora de contarle a su mejor amiga sobre Blaine así que tomó aire y comenzó con la historia...

Love At First Sight (Klaine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora