Capitulo 4

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No había pasado un minuto entero cuando ambos ya estaban en el primer piso dispuestos a despedirse. Los dos se miraban pero ninguno decía una sola palabra, solo una conexión bastaba para decirse todo lo que sus bocas callaban. 

—Ah bueno, parece que se han hecho buenos amigos —comentó Pam emocionada.

—Hmm sí, eso parece —respondió Blaine mientras le daba unas cuantas palmadas a Kurt en la espalda. Kurt volteó a mirar y le dedicó una sincera sonrisa de afirmación. 

El castaño se colgó la mochila en el hombro y dio unos cuantos pasos hacia la puerta, sin embargo su camino se vio obstruido por la mama de Blaine que se le atravesó de frente.

—Pero tu aun no te vas jovencito —Interrumpió, guiñó un ojo a Burt y se incorporó en la conversación de nuevo —Tu padre debe ir a hacer unas cuantas diligencias en el centro así que prefirió que te quedaras aquí, en vez de llevarte para que te quedes encerrado en un auto el resto de la tarde. El vendrá por ti más tarde, ¿Está bien?

Lo que ambos ignoraban era que sus padres lo habían planeado todo. Burt no tuvo la oportunidad de contarle a Kurt sobre Carole así que prefirió que no se enterara aun, no quería generar una tercera guerra mundial precipitadamente, así que con mucha vergüenza le pidió el favor a Pam que Kurt pudiera qedarse unas cuantas horas más mientras el asistía a su cita con Carole.

—¡Por mi está bien! —Exclamó Kurt tratando de esconder la emoción, mientras a su lado había un rizado con una sonrisa extendida por todo el rostro.

—Tú me debes un partido ¿huh? —Ambos subieron las escaleras de nuevo y desde el segundo piso se despidieron de Burt y de Pam, antes de incorporarse en el juego que habían dejando empezado. 

—Cuídate Kurt y pórtate bien —adivirtió el Señor Hummel desde la puerta.

—Si, Papa —Gritó el de ojos azules.

—Bien comencemos —Interrumpió Blaine dirigiendo al menor hacia su habitación.

Ambos pasaron varios minutos jugando a la consola, Kurt trataba de no parecer un tonto y evitaba coger el control con una elocuente conversación que surgía conforme la situación. Lo primero que se le ocurrió era que le dolía la mano, para finalmente rematar con que ninguno de los equipos del juego era su favorito. 

Los dos chicos se habían concentrado tanto en la conversación y las risas que esta producía que no fue hasta la tercera vez que oyeron el timbre anunciando la llegada de alguien a casa, y Blaine en su mente solo repetía las siguientes palabras " Jessica no, Jessica no" sin embargo para suerte de este, cuando su mama abrió la puerta solo pudo oír la voz de su mejor amigo Sam saludando eufóricamente y preguntando si el rizado estaba en casa.

—Claro que si cariño, está arriba con un amigo ¡Pasa!

—Gracias señora Anderson — dijo educadamente Sam antes de subir de dos en dos las escaleras de la casa.

—¿Qué onda hermano? —Saludó el rubio al entrar de golpe en la habitación.

—¡Sam! Hermano, ¿Cómo estás? —El rizado se puso de pie y con un choque de manos saludó a su viejo amigo. de la infancia.

—¿Y Quién es tu amigo? —Preguntó Sam, al notar la desconocida presencia del chico de ojos azules y teniendo en cuenta que tienen casi que los mismos amigos le parecía demasiado raro.

—Oh, él es... Kurt. El hijo de un cliente de mama — lo presentó mientras Kurt se ponía de pie tímidamente.

—Mucho gusto hermano, soy Samuel, pero puedes decirme simplemente "Sam" —indicó el rubio mientras le extendía su mano para que Kurt la estrechara.

Love At First Sight (Klaine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora