Parte 6 "Rumbo a la ciudad (2) "

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Fabiola sintió algo. Ellos estaban cerca.

Los prisioneros estrujaban sus ojos llenos de lágrimas y algunos trataban de matarse entre sí para escapar de una vez de su destino. Fabiola abrió el candado, entró a la jaula y advirtió -- esta será la única y última vez que lo diré. El próximo de ustedes que tenga contacto físico con otro, no lo voy a matar, más bien lo llevare con nosotros y yo misma le arrancare la piel por partes, así sufrirá lo suficiente pero no morirá y cada día repetiré el proceso....será peor que estar muerto -

De entre la maleza saltó un delirante blandiendo un bastón con púas, iba directamente a Fuká, pero esta vez él simplemente lo esquivo y antes de que el mugroso delirante se diera cuenta, ya tenía clavado su propio bastón en la parte trasera de su cara. Los juegos habían terminado, ya era hora de ponerse serios y Fuká luchando serio.......era una locura.

Una manada enorme de delirantes se abalanzó sobre nosotros, sus chillidos horribles se mezclaban con los gritos de los aterrados humanos enjaulados, ¡piedad por favor! Gritaban. Fabiola maldiciendo el momento en que decidió ingresar a la jaula, saltó fuera de ella y ni siquiera tuvo tiempo para poner el candado nuevamente. La llave había desaparecido y solo pudo voltear y gritar -- si uno de ustedes se atreve a salir, ya saben lo que les pasara --. Aunque la amenaza no era necesaria, porque los humanos estaban amontonados en la esquina más lejana de la jaula, gritando de terror y suplicando que no los dejáramos caer en manos de esos monstruos.

Travis se quedó sobre la jaula pues esa era su posición, pero intercambió miradas con Emec y este se lanzó a la lucha. Estos dos gusanos se entendían muy bien, era evidente que Emec le pidió que lo cubriera mientras estaba batallando. Aunque a decir verdad Emec era bastante fuerte.

Fabiola golpeaba todo lo que estaba a su paso de una forma feroz, ágil y certera. Su lucha parecía una danza de sangre al ritmo de huesos rotos y gritos ahogados. Era una guerrera por naturaleza. Pero a pesar de su alta capacidad de lucha y razonamiento de batalla, los enemigos se lanzaban con todo hacia ella dando a entender que no le temían.

Fuká combatía con poder y claridad, cada golpe que daba acertaba en un punto vital de sus enemigos. Rápido y letal agarró del brazo a uno y lo lanzo sobre la jaula, mientras aun iba en el aire, Travis lo fulminó de una patada y su rostro quedo salpicado de sangre. Levanto su vista y ahí estaba otra vez, la risa había vuelto a su cara y sus ojos mostraban una tormenta de fuego de su poder. Travis ya se había olvidado del miedo de la caravana y otra vez estaba con nosotros riéndose y saltando sobre la jaula. Fuká lo miro y le sonrió -- que alegría que regresaste gusano, nos hacías falta aquí, ¿por qué no bajas y nos das una mano?- Este salto hacia la entrada de la jaula y golpeo a un delirante que estaba a punto de ingresar a ella. Travis lo tomó de frente por los brazos e inmediatamente la carne donde estaban apretando sus manos, comenzó a fundirse mientras el delirante gritaba de dolor y los humanos al fondo también gritaban pero de terror. Los brazos del delirante cayeron al piso cortados por la alta temperatura de las manos del niño, luego de esto, Travis le tomó la cara con ambas manos y antes de que muriera le dijo -disfruta tu muerte, señor horrible-- eso confirmaba que nuestro hermano menor había recuperado su propia confianza y su humor. Fabiola llegó abriéndose paso entre las asquerosas bestias y dándole una mirada de arriba abajo le dijo - bien hecho mi pequeño, ahora pelea a mi lado -- -- no puedo, Emec me pidió que lo cubriera así que me voy a luchar con el- y terminadas sus palabras, corrió hasta Emec y comenzaron la combatir juntos. Ahí estaban los dos enanos de la familia, llenos de sangre por todos lados, peleando codo a codo, ambos con una gran capacidad de pelea y un perfecto trabajo en equipo. Emec con un cuchillo mediano cortaba y apuñalaba todo a su paso y Travis quemaba todo lo que sus manos tocaban. Se veía que estos dos serian un gran problema cuando crecieran.

Ciudad del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora