(Volviendo un poco atrás)
Hian también libraba su propia batalla, tenía enemigos de los cuales preocuparse y que además eran bastante fuertes como para distraerse. De pronto algo le hizo mirar hacia atrás, no tenía ningún motivo para hacerlo pero lo hizo, fue eso a lo que llaman instinto lo que lo dominó. Allá cerca de donde estaban Travis y Emec un enorme enjambre de alados se elevan en el aire lanzando gritos que hacían cubrirse los oídos, se alzaban frenéticos y con locura, en una especie de revoloteo que producía un ruido extraño. Allí entremedio de todos ellos, pudo ver como Emec era llevado prisionero y el cual hacia todo lo posible para liberarse de aquellos asquerosos seres, pero todo era en vano, eran muchos y le rasgaban la piel con sus garras.
Con impotencia Hian pudo ver que se lo llevaban del campo de batalla y rápidamente todos los alados se marchaban como una gran nube negra, en la que Emec era llevado quien sabe dónde.
Sin dudarlo ni un solo segundo se abre paso entre los rebeldes y los Lutars para seguir a su hermano menor, no podía dejarlo solo, pues si bien Emec era un excelente guerrero, aún era un niño y no pudo contra esos alados. La nube negra se aleja velozmente e Hian va saliendo de la batalla. Por su cabeza pasan muchas cosas, muchos pensamientos lo rodean y sabe que esa es la mejor decisión. Por última vez mira hacia atrás.
-Sé que lo lograran. Yo cuidare a Emec y lo traeré de vuelta. Sean fuertes chicos- dijo en su pensamiento y acto seguido se adentró a través del bosque en llamas.
Los alados son realmente veloces pero aunque se alejen lo suficiente, igual pueden verse a una gran distancia e Hian aprovecha esta pequeña ventaja. Él también es rápido y al ir por el bosque los alados no logran detectarlo y por lo demás, ellos están muy alborotados y frenéticos con su captura como para fijarse en que uno de los bastardos los está siguiendo. A unos pocos kilómetros de ahí, Hian se topa con la caravana de rebeldes que en un principio decidieron no luchar y prefirieron abandonar la sinfonía. El perseguidor solo pasa entre ellos sin mirarlos. Se encontraban escondidos entre los arbustos y árboles porque por sobre ellos acababan de pasar los alados. Todos se quedan en un profundo silencio, saben que Hian va siguiendo a esos enemigos y ellos que son muchos, no tuvieron el valor de quedarse a combatir a ayudar a sus compañeros. Si había algo que la familia de los bastardos no toleraba, era la traición. La sensación de culpa queda rondando y penando en el lugar luego de que Hian pasa. Tal vez decidieran volver y adentrarse en la batalla. Eso solo lo sabría el destino.
Tres días después... ya han pasado la muralla que rodea la sinfonía y han salido al mundo exterior. Hian no tiene miedo, sabe que es peligroso y que está solo en esta peligrosa persecución y ahora realmente se encuentra en problemas. No ha comido nada y sus fuerzas se agotan ya van tres días donde el cansancio lo consume lentamente.
En este lugar las cosas se vuelven más difíciles, puesto que debe atravesar un extenso valle seco donde nada lo puede ocultar de la vista de los alados, pero decide probar suerte y confía en que aquellos monstruos no lo verán. El sol seca la tierra transformándola en polvo y quema cualquier especie de planta o arbusto que se atreva a crecer allí. En el árido suelo se pueden ver algunas gotas de sangre que pertenecen a Emec. De repente aquellas bestias cambian rumbo y se dirigen hacia las montañas. Hian ya no puede más y decide utilizar lo último que le queda de fuerzas para salir del valle y quedarse donde por fin comienza a verse un poco de vegetación. Inmediatamente su prioridad es buscar agua, necesita comer algo, dormir y descansar, aunque sea por algunas horas. Estaba claro que los alados se dirigían a las montañas así que ya no tenía que seguirlos de cerca. Él y sus hermanos sabían que ese era la guarida de aquellos monstruos pero nunca se adentraron allí. Era un lugar temido y de difícil acceso, quien sabe qué clase de artimañas podrían encontrar de camino. Nunca tuvieron la necesidad de acercase a las montañas, pero esta vez era distinto. La vida de Emec valía cualquier sacrificio.
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Ciudad del caos
Science FictionHola gente, ciudad del caos es una historia de ficción, con personajes misteriosos y particulares, desarrollada en la ciudad ilegal de la sinfonía donde nada es lo que parece, donde solo los mas fuertes sobreviven y cualquier día puede ser el ultimo...