Ya estoy en el aeropuerto de Oregon.
Estoy muy emocionada, sin exagerar, traigo conmigo 4 inhaladores de asma sólo por si acaso.
El tour termina el próximo año, así que pasaré Navidad y Año Nuevo con ellos.
Llegué hace cinco minutos y estoy recogiendo mis tres maletas, sí, tres maletas, no sé si sea poco o mucho pero aqui traigo, literalmente, toda mi ropa. Admito que no tenía tanta. Aún así cada familiar mio me dio entre cien y quinientos dólares para gastos personales.
Delly me aviso que me mandaría un mensaje para cuando llegaran. Ya pasaron diez minutos y empiezo a creer que equivoque de vuelo...
—Disculpe, ¿Aquí es Oregon?—pregunté a una acianita que pasaba por allí.
—Sí querida, aquí es Oregon y son las 11:48 a.m por si lo ibas a preguntar.
—Gracias.
Ahora lo entiendo todo.
Llegué dos horas antes, DOS HORAS.
Recuerdo que Delly me dijo que estaría aquí más tardar a la una y media. Pero soy tan poco paciente que por accidente tome un vuelo adelantado.
*Twitter*
—Hey, hola. Hace días que no hablamos como solíamos hablar. Desde que me declaré nada es igual:c
—Oye, no te sientas mal. Es por que cuando me dijiste que te gusto me quedé... petrificada y con todo esto del... del viaje en familia al que iré estuve empacando maletas.
—Oh, ¿a dónde iras?
*Mierda*
—Aún no lo sé, mis padres dicen que es sorpresa.
—Oh.
—¿Y dónde tocan ahora?
—Bueno, hoy nos presentamos en Oregon. Este lugar es genial. Aunque los chicos actúan extraño.
—Cuando vamos de gira salimos todos juntos pero ahora todos van a hacer algo distinto. Y Delly dice que este concierto será super-mega-hiper especial que jamás lo olvidarás... así me lo dice.
—Entonces actúan raro y el concierto será inolvidable. Es... pues... extraño.
—Sí, oye ya me voy. Los chicos ya se van a no sé donde y me quedaré con mis padres y con Ryland a hacer... nada. No haremos nada.
—Bueno, adiós te veo luego.
—¿Me vas a ver?
—¡Perdón! Es hablamos luego.
*Fin en Twitter*
Casi lo arruino. Creo que debo alejarme del chat por hoy si no quiero arruinar nada.
Pero estoy muy emocionada. No puedo evitarlo.
—Amelia Isai, ¿eres tú?
MADRE MÍA.
