Me la he pasado llorando como una Magdalena.
Me quedé dormida. De hecho, dormí muy bien. Pero ya me agüité. Me desperté sabiendo que Ross me marcó como su amiga.
Me levanté y me sente en la cama, hay una hoja blanca doblada por la mitad con el número uno marcado y otra hoja azul, de igual forma que la otra pero con el número dos.
Amelia:
Lamento haber respondido de la manera en que lo hice. No sé que me pasó o por que reaccione así.
Te he confundido y puedo notarlo. Quiero aclarar que NO BROMEABA cuando te dije que te amo. DE VERDAD LO HAGO.
Creo que tuve un bloqueo mental, no intento justificar mi inmensa estupidez pero al menos quiero lograr que todo vuelva a ser mejor que ahora.
Han pasado pocos meses desde que nos conocemos, estoy consiente de eso pero por mas que intento encontrar razones para decir que es demasiado pronto para amarte no las hayo.
Me gusta cada gesto que haces.
Me encanta cada faceta que haces. La que me vuelve loco es esa que haces cuando algo te disgusta.
Juguemos a algo, ¿vez esa pequeña hoja azul? Esa que tiene el número dos en grande, bueno léela.
Piensa una respuesta y cuando la tengas búscame en la sala.
Despierta pronto, te amo.Vaya, ¿es normal estar llorando de nuevo? Y yo que creía no tener mas agua para soltar.
Tomé la otra hoja, era un poco pequeña, justo cabía en mi mano. La desdoblé.
Bien, no sé cuanta agua equivale el 70% para un ser vivo pero estoy impactada con la cantidad de agua que ha salido de mis ojos últimamente. Y ahora tengo una razón más para seguir llorando.
Me bajé de la cama y ni siquiera me molesté en ponerme zapatos. Corrí a la sala y ahí estaba él, viendo televisión. Me puse frente a él, con los ojos más hinchados que nunca y le dije:
-Sí, Ross. Sí quiero ser tu novia.