Sí, le he dicho que la amo. A lo mejor es demasiado pronto o quizá me este engañando a mi mismo pero no miento que de verdad lo que siento por ella es enorme.
Es extraño pensar que pueda amarla, tomando en cuenta que no hace mas de una semana que la conocí en persona. ¿Realmente la conozco? Estuvimos meses y meses hablando por mensajes, casi todos los días y de infinitas cosas.
Pienso en las razones acertadas para poder decir que la amo, o que empiezo a hacerlo. Si querer saber de ella a toda hora, si querer hacer que sonría a todo momento, si querer estar con ella todo el día es amarla, entonces la amo.
Si notar que cada que duda algo frunce el ceño, si notar que después de bostezar se limpia pequeñas lágrimas de sus ojos, que cada que algo le disgusta o molesta parpadea un par de veces y frunce su boca es amarla ya, entonces la amo.
Sé que ella tienen altos y bajos con tu autoestima y autoconcepto y yo quiero demostrarle que no es algo por lo que deba preocuparse.
Miré a mi alrededor, creo que no fui lo suficientemente precavido y todos los demás me oyeron.
Por un lado estaban Ellington y Rydel, esta última con una enorme sonrisa.
Rocky y Ryland tenían sus bocas abiertas.
Riker y Savannah estaban sorprendidos, ambos tenían sus ojos más que abiertos.
Mamá y papá, bueno, ellos no están cerca.
Por último, Amelia. Me miraba con una pequeña sonrisa y unos ojos llorosos.
—¿Estás jugando?
—No.
Y me abrazó. Como si no me hubiese visto nunca, mas fuerte que la primera vez. Como si nunca hubiese abrazado a alguien.