A quien quiero engañar,
no soy
fuerte.
Llevo días
engañandome,
intentando hacerme
y haceros creer
que soy capaz
de seguir adelante.
Pero,
tristemente,
no
sales
de
mi
cabeza.Hace dos días
te volví a ver,
tan guapo como siempre.
Con tu barba bien afeitada,
tu pelo castaño y largo
cayendo por tu frente,
tu forma tan extraña
de caminar
y tu seguridad al hacerlo,
como si fueras
a comerte
el mundo
de una sola pisada.Y ahora
es cuando
todos los recuerdos
vuelven a mí,
porque solo son eso,
recuerdos.
Cuando venías
a por
mí
a la puerta de mi casa
y salíamos a la calle
agarrados
de las manos,
multipicando tu seguridad
y las ganas
de comerte el mundo,
pero
a mi lado.
Y eso es lo que me mata,
que
yo
ya
no
soy
la persona con la que
volverás a comerte el mundo
de nuevo.
No soy la chica
a la que le darás
tus buenas noches,
tus buenos días y,
en definitiva,
tus buenos momentos.Repito,
a quien quiero engañar,
te echo tanto de menos
que
aunque no te piense,
sueño contigo,
con nosotros.
Sueño que vuelves a por mi
y que salimos a
comernos el mundo
juntos,
de la mano,
de un beso
o quien sabe
si de una mirada.Pero,
mi vida,
déjame engañarte
a ti:
Te he olvidado,
para
siempre.
No vuelvas,
jamás.