Pasan los meses y me sigo preguntando dónde está mi felicidad: ¿te la has llevado al mismo tiempo que te fuiste de mi vida o es que nunca he sido feliz y sólo he creído serlo?
Felicidad: los seres humanos solo nos molestamos en vivir la vida con el proposito de llegar a ser felices. Unos piensan que con una gran cantidad de dinero van a serlo, otros que simplemente van a serlo teniendo el amor de su familia a su lado, o el amor de Dios, o directamente siendo ayudado por lo que haya ahí arriba. También creemos que vamos a ser felices si somos amados por la persona a la que amamos, o si solo sacamos buenas notas en el instituto o graduandonos en la universidad y consiguiendo el mejor puesto en nuestros trabajos...
Pero la felicidad no consiste en eso. La felicidad no depende de qué tienes o quién está a tu lado. La felicidad, eso que creemos imposible en cada una de nuestras vidas, solo depende de nosotros.
Querer es poder. Si quieres ser feliz puedes serlo. Tienes una vida por delante y no estamos para rompernos los lacrimales llorando porque esa persona te hizo daño, o porque tu sueldo es menor que el de ese amigo tuyo que siempre has envidiado, o porque simplemente has peleado con tu mujer. La felicidad depende de ti.
Pero tanto tiempo pensando me ha hecho darme cuenta que la vida solo está formada por pequeños momentos que nos hacen felices constantemente. Y bueno, que nos hacen infelices también, pero ¿sabéis qué? Que los momentos felices siempre van a ser superiores a los infelices, y que cuando no nos sintamos felices tenemos la gran capacidad de seguir adelante, en un capitulo nuevo, y volver a ser igual o más felices que antes.
La felicidad depende de nosotros. Tu felicidad depende de ti.
Y dejame decirte que eres fuerte,
y felíz también.
