Han pasado exactamente 4 meses y 6 días, y aquí sigo, sobreviviendo como puedo sin nada tuyo. Todos los días que puedo miro nuestras fotos, que por más que diga que las he borrado todavía sigo guardando unas pocas. Y qué bonito se me hace ver cómo tu ojo derecho siempre se arrugaba más que el izquierdo, o como sacabas aproposito los pequeños hoyuelos que te salían al final de tus labios porque sabías que me encataban. Qué bonito se me hace verme feliz a tu lado, o verte a ti malgastando el poquito tiempo que tenías para mí.
Qué quieres que te diga, que verme reflejada en tus ojos no era lo mismo que verme en el espejo, o que abrazarte y acurrucar mi cabeza en tu cuello no es lo mismo que abrazar a otros por los que no siento absolutamente nada. Que tus manos encajaban perfectamente con las mías y que mis piernas estaban moldeadas a la perfección de tu cintura, y que mis labios amaban besar tu hombro porque mi pequeña estatura no me dejaba llegar a tu mejilla.
He visto Roma dentro y fuera de ti. He conseguido encontrar algo de belleza en todas las ruinas que te componían, y eso es algo díficil entre tanto desastre. Pero me da a mí que ninguno de los dos tiró la moneda a la fuente para volver a vernos. Por más que intento buscarte no te veo por ninguna parte y lo único que me queda es matarme a escribirte letras que sangran por amor, porque desde hace 4 meses y 6 días lo hacen, pero la herida no cicatriza y sigue sangrando todo lo que puede y más. Si no vuelves no parará nunca. Y ya sé que no volverás. Solo me queda ver como me descompongo, porque no estás aquí para ayudarme a reconstruir las piezas rotas que iba dejando por el camino según avanzaba.
Soy una de cientos que no te olvida, que ha aprendido a valorar que lo que está en ruinas también es bonito y que si te enamoras pierdes (obviamente, he perdido)
Abrazame fuerte que el invierno está a la vuelta de la esquina. Abrazame fuerte y no me dejes a mitad de camino, otra vez. Abrazame tan fuerte hasta que me quede sin respiración, porque, al fin y al cabo, sería menos doloroso que si muero sin tenerte a mi lado.
Te amo. Te odio. No lo sé. Solo quiero que vuelvas, y que no te vayas, que te quedes y me quieras, sin promesas ni peros, que me abraces y no me sueltes. Que vuelvas, joder.