recuerdos

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En este día de niebla intensa mi corazón se comprime, quiero llorar pero sé que eso no me ayudara en nada, quiero gritar pero he enmudecido. El silencio es lo único que logro escuchar, ya no hay melodía en mí.

Estoy decepcionada y mientras escribo quiero tirar este cuaderno y no plasmar ningunas de mis letras, alguien por favor ayúdame. Tengo un hoyuelo en mi estómago y una espina en mi garganta, miro por mi ventana hacia aquella calle vacía. Abandonada por las personas, oh mi amado corazón ¿que nos ha pasado? Otra vez estamos en el mismo sitio, sin más que tú y yo, dime que podrás soportar este golpe, dime que este dolor no es tu final. Si no el principio de nuestra vida. Corazón de mi corazón, tu que siempre has soportado cada dolor. Por favor no te apagues y dejes de latir, se fuerte por los dos, se fuerte porque hay tanto por que vivir, se fuerte porque aún no hemos logrado nuestro sueños, se fuerte porque te necesito. Pero aunque hemos sufrido aún sé que podemos seguir, la decepciona no es una opción.

Era uno de esos sábados en el cual el sol brillaba con tanta intensidad. Aquel día salía de una conferencia y tuve que reunirme con mi padre, así que decidí abordar el bus. Mientras lo hacía un par de ojos me veían, ¿Qué podría tener yo de interesante? Solo era una novata escritora de artículos aficionada, la cual siempre mantenía en el mundo de las fantasías; en ese mundo en el cual me perdía diariamente para escapar un poco de mi realidad fortuita que me causaba tanto dolor como podía.

Me decía a mí misma que ni la muerte me quería, que podría querer ella conmigo si era una desgraciada que solo podía respirar por gracias de Dios y que era incapaz de suicidarse ya que sabía muy bien que esa no era una solución. Mientras sus ojos me veían yo era incapaz de levantar mi mirada, siempre me he considerado menos, abandonada y sin chiste alguno. Así que saque el dinero para pagarle al chófer y me preguntaba dónde podía sentarme, ya que el asiento del lado al suyo estaba vacío y algo no dejaba moverme, hasta que decidí sentarme a su lado. Mi timidez no me permitía contemplar su rostro, así que decidí sacar un libro para leer. Pero me fue imposible, mis ojos se desviaban hacia él, y pude contemplar su rostro muy expresivo, con una mirada profunda, atlético, su olor era delicioso y al mirarme, puede ver el mar en esos ojos profundos, sensuales y misteriosos. Los cuales hacían que mi corazón se acelerara, me sentía realmente incomoda y al mismo tiempo alagada, el me seducía de una forma que nunca imagine que podría pasarme. Puede notar que lo dominaba el sueño y sin darme cuenta se recostó en mi hombro y puede detallarle minuciosamente, como una niña que siente mucha curiosidad por algo nuevo. Me obsesionaba con aquel hombre, y me decía ¡guau! Quisiera ser yo quien acaricie aquel hermoso rostro y me encantaría todos los días poder despertar al lado de ese maravilloso sujeto y ser vista por aquellos ojos. Pude notar que ya se acercaba donde tenía que bajarme y deseaba poder congelar aquel momento, él se escapaba de mis manos me decía y no hice nada para evitarlo. Me baje y con ese bus se iba una parte de mí, fui a encontrarme con mi padre, el me esperaba sentado en aquel parque que siempre le encantaba llevarme, me preguntaba por qué había elegido ese lugar. Me acerque y le salude con un beso y un abrazo, hacía mucho que no nos veíamos. Desde que me fui a vivir a Bogotá, para perseguir mí sueño de ser escritora. Mi padre solo me sonría con esa misma calidez de siempre, me senté y el inicio preguntándome — ¿cómo estás mi niña?,- bien pa —hace tiempo que no hablamos —sí, lo sé, he estado tan ocupada escribiendo que te he dejado olvidado. Perdóname pa —no te preocupes, debes tener mucho trabajo y además ya eres una escritora famosa. 

La verdad era que había escrito para algunas revistas de moda pero nada más, yo consideraba que estaba estancada y mi carrera no iba a ningún lado. Pero para mi padre yo era su escritora favorita y siempre leía mi columna de consejos amorosos y lo compartía o le daba me gusta y comentaba lo genial que eran, mi padre tan pendiente de mí, incluso a la distancia.

—pero dime mi niña ¿qué tal va tu vida amorosa?.

—va de mal en peor, no tengo ni un solo pretendiente y lo que es peor ya he perdido las esperanza.

—pero ¿Cómo puedes ser tan buena dando consejos a otros y a ti no te funcionan en nada?

—lo se pa ya me he resinado, quizás soy buena para dar consejos a los demás, pero soy mi peor consejera. Los hombres no quieren una mujer como yo, es malo si soy demasiada realista y otras porque no lo soy, que soy fea, que estoy gorda, que estoy muy flaca, que soy muy perfeccionista, que soy desordenada, que pido mucho, que no pido nada, que soy intensa, que soy muy relajada, que esto y lo otro. Estoy harta con eso, ya lo decidí me quedare sola. A lo mejor no nací para amar a un hombre y mis posibilidades de conseguir al hombre indicado es muy baja.

— hija no digas eso, si tú eres la mujer más hermosa del mundo. Deja ese pesimismo que apenas tienes treinta seis años, con buena figura, una carrera en acenso, un rostro de ángel y un corazón de oro. Eres la mujer que cualquier hombre le gustaría tener, ya basta de esa actitud; el amor está en el aire, en tus letras, en todas partes.

Allí esta el problema y es que esas palabras te hacen creer que eres lo máximo y que mereces lo mejor de lo mejor, y luego resulta que ni una mosca se te hacerca por hacerle caso a las palabra de tus amigas y a las de tu padre que van cargada de super autoestima, y para colmo viene la decepción por ser engañada. si mi vida es un cuento de hadas "felices para siempre"

—pa déjalo así, y dejemos de hablar de mí, tu ¿cómo estas, como vas con Laura?, he visto las fotos del bebe esta hermoso, no puedo creer que ya tenga cinco años. Se parece a ti

—estamos bien, Laura siempre me pregunta por ti y él bebe también. Deberías ir a visitarnos.

— lo pensare, tengo que hacer muchas cosas y tengo muy poco tiempo. Esta cuidad ha cambiado mucho, me siento como una extraña; pero ahora está más hermosa. Tengo que irme, fue un gusto haberte visto hablamos pronto pa, te quiero mucho saludes a Laura y al bebe.

—está bien, cuídate mucho y por favor llámame y no te pierdas tanto que me preocupo por ti, yo también te quiero mucho, y visítame antes De irte.



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MI VIDA ENTRE LETRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora