Una piedra

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Ya eran casi las nueve de la noche y me preocupaba de que Lucían no había cenado, así que decidí prepararle un sándwich, era lo que mejor me salía en la cocina.

—mi amor te prepare esto solo para ti, esta es mi especialidad

—un sándwich, ¡que rico!

—¿qué tal esta?

—muy delicioso

—qué bueno que te gusto

—Alexia quería decirte que mañana iré a Medellín, tengo que hacerlo tú sabes que tuve que retrasar el vuelo por lo que paso con Leandro; pero mañana me iré por un mes

—pero pensé que solo irías por una semana y ahora será un mes

—tengo que hacerlo por mi trabajo además..., no nada solo no quisiera irme por tanto tiempo y dejarte sola, y menos ahora que Leandro está rondando

—pero que dices, lo cierto es que me harás mucha falta

—y tú a mí, pero aun no me voy así que tranquila

—eso es cierto

Lleve los platos a la cocina, y su teléfono sonó. Me recosté en el sofá y abrí mi novela favorita "Orgullo y Prejuicio de Jane Austen" lo cierto es que amo esa novela y ya he perdido las muchas veces que la he leído, cada vez que leo este libro vuelvo a soñar y me hace creer aún más en el amor y sueño que quizás he encontrado a mi Mr. Darcy, pero que su nombre es Lucían. Es claro que son muy diferentes, pero le amo y estoy más que agradecida porque el este en mi vida. A veces me pregunto si desde el primer momento que ves a alguien lo puedes amar, no sé si eso es posible, pero cuando vi por primera vez a Lucían sentí un magnetismo espeluznante; con Leandro sucedió diferente el me gusto, pero no sentí esta pasión obsesiva pero que al mismo tiempo es liberador, no asfixiante ni codependiente; por fin me siento en paz conmigo misma.

—Alexia

—sí, ¿qué pasa?

— ¿qué tanto lees?

— ¿no ves acaso el titulo?

—lo veo, pero dime sobre que trata el libro

—lo siento, pero deberías leerlo si tanta curiosidad te causa

—no seas así

—no me hagas sentir como si fuera la bruja de un cuento infantil, yo solo quiero que leas mi novela favorita

—está bien, dame ese libro me iré de viaje con él, ya que tu no estarás a mi lado

—eso está mejor, es todo tuyo

—bueno, me iré acostar. Buenas noches mi amor

—buenas noches Lucían

Salí a la terraza, para contemplar la noche aun no tenía sueño y suspiraba a cada momento, hoy fue un día intenso, pero hermoso si hasta la noche me lo confirma, ella mi eterna compañía. Mi corazón late por segundos, no sé porque tengo este pequeño dolor en mi pecho y unas ganas inmensas de llorar, pero no es tristeza es felicidad, soy plenamente feliz, tengo miedo ¡oh noche mía! Miedo de que todo esto sea un sueño, pero los sueños no son más que una realidad que vivimos a diario, yo vivo un sueño cada día al lado del amor de mi vida.

—mi amor, ven a la cama es tarde

—sí, vamos

Le abrace durante toda la noche y fue así la única manera de poder dormir. Al día siguiente ya eran las ocho, así que decidí acompañarle, nos organizamos y salimos rumbo al aeropuerto. Al llegar me abrazo fuertemente y nos besamos apasionadamente sin importar que nos estuvieran viendo, no quería llorar, pero mis ojos parecían no obedecerme y fue inevitable; el limpiaba mis lágrimas, mas era imposible contenerlas lo iba a extrañar mucho un mes se me hacia una eternidad. Pero era su trabajo y yo necesitaba apoyarle hasta el fin, eso hace una pareja.

MI VIDA ENTRE LETRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora