Hablemos

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Casi había pasado una semana desde aquel encuentro con Leandro así que decidí llamarle para terminar con esa incertidumbre, su teléfono sonó

—hola ¿Leandro?

—sí, el habla

—soy Alexia

— ¡Alexia! ¿Cómo estás?

—estoy muy bien gracias por preguntar y ¿tu?

—estoy bien, feliz de oír tu voz

—pues quería decirte que si nos podemos ver hoy ¿Qué dices?

—¡claro! Que te parece si nos reunimos en el que fue nuestro lugar por mucho tiempo

—si, por mi está bien. Encontrémonos a eso de las tres y media

—bueno te veo allá, chao Alexia

—chao

Me sentía ansiosa, y a la vez sabía muy bien que tenía que acabar con esto y cerrar ese capítulo que me atormento por tantos años, me organice y salí rumbo aquel lugar; al llegar me saludo con un fuerte abrazo y un beso, me senté y pedí algo para tomar.

—Alexia, gracias por venir y sobre todo por ser tan amable para conmigo

—de nada Leandro, pero vamos al punto

—yo quería explicarte todo lo ocurrido durante nuestra relación y además que ha sido de mi vida, por favor no me vayas a interrumpir solo escucha te lo suplico

—está bien, te escucho

—nunca te he dejado de amar, es lo primero que debes saber, cuando tuve que dejarte yo no quería, pero aun así tuve que hacerlo.

—¡¿pero qué dices?! Si fuiste tú quien decidió dejarme porque ya no me amabas y ahora me dices esto y pretendes que crea que alguien te obligo a dejarme

—cálmate por favor, quedamos en que no me ibas a interrumpir y me escucharías

—lo sé pero...

—pero nada, por favor cuando termine de hablar si quieres puedes golpearme, pero ahora solo escúchame

—está bien, continua

—gracias, quiero que entiendas que no he podido amar a ninguna otra mujer, que cada día me lamento por mi error. Aquella noche cuando fuiste a buscarme y yo estaba con Helena no fue mi intención herirte; pero era la única manera de destrozarte el corazón y así tú te alejaras de mí. Tenía que pensar en nuestros sueños y éramos tan jóvenes como para ser la oscuridad que no te dejaba brillar, yo tenía que pensar en ambos y ahora se con certeza que tome el camino de los cobardes, que existía otra salida, pero entiéndeme yo solo tenía veinte años y un mundo por delante que devorarme y lo menos que quería era no disfrutar de todo eso; pero al mismo tiempo pensaba en ti, tu tenías derecho a disfrutar de ese mundo pero si mí.

Mientras Leandro decía cada una de esas palabras lloraba y yo solo le observaba si más remedio con ansias inmensas de hablar, pero me mordía los labios para contenerme y escuchar, Leandro continuo.

—Alexia, sé muy bien que durante todo este tiempo me has odiado y lo que es peor también me has amado. No deseo cambiar tu mundo sé muy bien que ya tienes tu vida y yo no hago parte de ella, pero si me lo permites me encantaría seguir teniendo un pequeño espacio en tu corazón, me siento como un completo idiota al hacer esto sabes, pero ya no logro dormir ¡estoy enloqueciendo, completamente desesperado por ti! No he logrado conectar con ninguna otra mujer y lo que es peor veo tu rostro en cualquier lugar, sé que parezco maniático; pero no es así, ¡es que yo te amo! y si me das una nueva oportunidad te prometo con acciones que no te fallare, solo déjate llevar y no te arrepentirás ¡Alexia yo no puedo vivir sin ti! Me arrodillo en este mismo lugar que era y es nuestro lugar de amor para pedirte que vuelvas conmigo.

—¡te has vuelto! Como me dices todas estas cosas dime ¿! Qué pretendes con estas palabras!? ¿! Acaso no te fue suficiente causarme tanto daño todo este tiempo¡? ¡Dios esto no me puede estar pasando a mi! Escúchame bien, no te quiero en mi vida tu eres parte de mi pasado y allí te quedaras enterado, tu ya no me causas dolor y aunque pienses que estas lagrimas que bajan por mi mejilla es porque todavía te amo; déjame decirte que te equivocas al único hombre que amo es a Lucían y eso ni tu ni nadie lo puede cambiar, yo ya no soy la misma Alexia que conociste ¿sabes cuánto he sufrido? No te lo imaginas y todo por mi culpa por creer en idiotas como tú, he idealizarlos y pensar que nunca me van a fallar. Pero ahora se que sin importar con el hombre que este no le permitiré que no me de mi lugar valgo mucho y eso ni tu ni ningún hombre me dirá lo contrario por mucho que lo ame, no dejare que me dañe, mi amor por el no será más importante que mi bienestar, que mi dignidad y orgullo.

Mientras las lágrimas me invadían lo mire a los ojos aún más de lo que ya lo hacía, el miraba los mío y vi en su ojos a ese mismo Leandro que ame, sí, pero que me destrozo por dentro y que fue el comienzo de una cadena de fracasos amorosos.

—Alexia ¿Por qué haces esto? ¡tú aun me amas eso lo sé bien!

—es tanto tu ego que no ves más allá de lo que tú crees, me das lastima y eso que tengo que reconocer que eres un hombre muy guapo, pero que carece de todo lo demás, sabes algo cuando te vi aquella noche en la fiesta sentí que algo despertaba dentro de mi, pero no era amor, era recuerdos, eso que vivimos con cada parte de nuestro cuerpo; he hicimos que todo el universo fueran nuestros testigo, recuerdos que siempre lleve en mi corazón, gracia por ellos

—pero que dices, ¿Qué te ha hecho Lucían? Tú no eres mi Alexia, no lo eres

—escucha bien yo nunca fui tu Alexia, ni tuya ni de ninguno de los que pertenecen a mi pasado, por una sencilla razón son eso parte de mi pasado, ahora yo solo soy la Alexia de una persona y es Lucían, y sabes porque, porque así lo he decidido no el, solo yo.




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MI VIDA ENTRE LETRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora