MI VIDA ENTRE LETRAS

Despejando

Terminamos de comer y me organice para salir, me puse un vestido negro, corto y le tuve que prestar ropa a Sandra. Nos maquillamos y salimos rumbo a la discoteca, al llegar todo me parecía diferente hace tanto que no iba a esos lugares y verme allí fue algo raro, nos acercamos a la barra y pedimos unos tragos, la música estaba a todo volumen; así que decidimos ir a la vista de baile, si, nosotras dos bailando y ningún acompañante. Pero eso no duro mucho, dos sujetos se nos acercaron y nos invitaron a bailar y no le rechazamos, como buenos caballero nos invitaron los tragos.

—por cierto ¿cuáles son sus nombre?

—soy Sandra y ella es mi prima Alexia

—pues bueno, mucho gusto. Mi nombre es Andreis y él es mi amigo Marcus

—mucho gusto 

Y ambas hablamos al mismo tiempo.

—pero cuénteme, ¿qué hacen dos linduras como ustedes en este lugar?

—lo mismo que ustedes

Le respondí y nos sonrieron

—pues sí, y ¿ustedes están comprometidas?

—sí, y ¿ustedes?

—para nada, ambos estamos solteros y la orden

—pues ya veo, y ¿a qué se dedican?

—pues veras, yo soy empresario y Marcus es abogado y ¿ustedes?

—entiendo, yo soy escritora, y Sandra es contadora

—eres escritora ya veo, ahora me pareces aún más interesante que antes

Es cosa mía o este tipo me está intentando conquistar, ¡oh no! Tengo novio y a él no le gustara eso, mejor me alejo.

—Sandra, acompáñame al baño por favor

—claro, vamos

Entramos al baño, agarre el brazo de mi prima

—ve acá

—¿!que pasa¡?

—es que no lo ves, ese Andreis quiere algo conmigo

—eso es normal, tu eres hermosa y además estamos en una discoteca ¿Qué esperabas?

—no sé, creo que fue mala idea venir a este lugar

—pero que dices, si no las hemos pasado muy bien y hace tanto que no bailaba. Creo que he vuelto a renacer, además sabes algo si no amara a mi esposo me acostaría con Marcus, está buenísimo

—¡Sandra! No digas esas cosas, además son desconocidos y ambas tenemos parejas

—lo sé, pero es un alago que hombre tan apuestos te deseen y además te gaste todos los tragos y tú seas el centro de su atención y me vas a negar que Andreis está buenísimo

—no lo niego, es guapo pero...

—pero nada, relájate y disfruta ni que fueras a tener sexo con él, hay que divertirnos sanamente

—está bien

—salgamos de aquí, que esto ya es muy raro

—ya deja de reírte por favor

—bueno vamos pues

Nos sentamos y ellos nos sonrieron, salimos a bailar y así se pasó el tiempo; ya casi eran las cuatro de la mañana y aun estábamos en esa disco. Salimos del lugar y nos invitaron a comer algo ya que los cuatros moríamos de hambre, llegamos a un restaurante Japonés y pedimos lo que queríamos para comer; revise mi celular y tenía varias llamadas perdidas de Lucían ¡oh no puede ser! A esta hora no podía llamarle así que decidí enviarle un mensaje