La estruendosa alarma del reloj que tengo sobre mi mesilla comenzó a sonar despertandome. Levanté mi brazo sacándolo de las sábanas y lo dejé caer sobre el despertador, golpeandolo repetidas veces hasta apagarlo.
Me levanté quedando sentado en mi cama. Una cama normalita, perfecta para una persona.
Me restregué los ojos y miré a mi alrededor. Observé mi habitación, una habitación un poco pequeña, algo deshordenada, pero me conformaba con ello.
Miré la hora y me levanté saliendo de mi habitación, entré al cuarto de baño y me duché. Después de secarme el cuerpo y vestirme con una camisa blanca con estampados azules, un vaquero y unas zapatillas, me miré al espejo. Empezé a miraelo con mis ojos azules y observar mi pelo rubio, que en verdad no lo era, pero me gustaba.
Me peiné y preparé mi mochila, metí mi portatil y un cuaderno con unos bolis. La cerré y me metí en la cocina, que estaba unida al salón, ya que el piso en donde vivía era algo pequeño.
Me preparé un zumo de naranja y unas tostadas, que se me quemaron un poco.
Miré de nuevo la hora, dejé el vaso y el plato en el fregadero, cogí mi mochila y salí de mi piso cogiendo las llaves.
-El uniforme. -Cuando ya estaba pidiendo el ascensor, recapacité en que no había metido mi uniforme.
Rápidamente volví a entrar a mi piso, corrí a mi habitación y busque en los cajones mi uniforme. Mi búsqueda fue nula, hasta que me giré y ví sobre la silla de mi escritorio el uniforme. Lo metí en mi mochila y salí a coger de nuevo el ascensor.
Salí de mi edifico y comencé a caminar por las calles de Londres. Mi camino ya se volvió rutinario, de mi casa a la universidad todas las mañanas.
Después de unas cuantas horas de clases, salí de la gran clase. Miré un reloj y ví que eran las doce.
Al salir del campus, cojí un autobús que me llevaría a una pequeña plaza que era muy transitada.
Entre a un bar que había en la esquina de una de las calles, me adentre hasta la sala de empleados y me coloqué mi uniforme, que no se si debería llamarlo así. Me puse la camisa negra con el logo del bar y su nombre en color amarillo, junto un pequeño delantal blanco que me llegaba poco más abajo de mis piernas.
Salí y me puse a un lado de la barra, como siempre hacia desde que comencé a trabajar aquí. Al poco se me acercó mi compañera de trabajo.
-Buenos días Niall. -Me dijo mi compañera con su voz femenina. Ella se llamaba Katherine Smith y era la hija del jefe del bar. Tiene el pelo castaño y ondulado, los ojos castaños claros y una piel clara, su estatura era más más alta que la mía e iba siempre bien arreglada.
-Bueno días Kathe, ¿a quien debo atender? -Dije dando un pequeño repaso a las mesas de dentro y de afuera con la mirada.
-Los de la mesa cinco no han sido atentidos todavía. Date prisa. -Dijo con una pequeña sonrisa al final.
Caminé a la mesa y tomé nota de sus pedidos, volví a la barra y se la pase a Kathe.
Cuando Kathe tubo preparado el pedido me lo puso en una bandeja. La cojí y la lleve sobre uno de mis brazos dejando las bebidas con mi otra mano.
-Hey Niall. -Me llamo Kathe desde la barra.
-Dime. -Dije acercándome.
-¿Como vas en la universidad? -Dijo cruzando sus brazos en la mesa y apoyando su cabeza sobre ellos.
-Dentro de poco tengo un examen. Tendré que estudiar más que el anterior.
-Te entiendo, yo la semana que viene tengo un examen también. Si fuéramos a la misma universidad estudiariamos juntos.
-Entonces suspenderiamos com lo distraídos que somos en el trabajo. -Y no era de extrañar, ya que en el trabajo hacíamos unas ciantas tonterías cuando limpiamos las mesas.
Caída la tarde Kathe y yo nos metimos a tomar un descanso. Hablamos un poco sobre la universidad y sobre algunos clientes que entraban.
Después de otras horas de trabajo me cambie y me despedí de Kathe, que al igual que yo se iba a su casa.
Cojí el bus que me dejaba cerca de mi universidad y de ahi caminé hasta mi piso. Era una rutina de cada semana, exceptúando los viernes y domingos que no trabajaba.
Al llegar me encontré con una de mis vecinas en el ascensor. Era mi vecina de enfrente, la Señora Gloria. Es una mujer de gran edad, pero vivía sola, sus hijos no la visitaban mucho. Yo me convertí en un hijo para ella, ya que al mudarme a este piso yo no sabía cocinar y tuve que pedirle que me ayudara cuando los bomberos vinieron. Desde aquel suceso me convertí en un nieto para ella, me ponía a cocinar junto a ella, que me enseñaba alguna de sus recetas.
-Vaya, vuelves de trabajar. -Dijo mirándome con una sonrisa.
-Si. He tenido un día tranquilo, hoy no hubo ningún cliente malhumorado. -Respondí amablemente.
-Eso me alegra. Voy a preparar pollo, por si quieres venir.
-Claro, iré encantado. -Dije emocionado, el pollo me gusta y más si lo hace ella.
Después de cenar y hablar un rato sobre nuestro día me despedí de Gloria. Entre a mi piso y me puse a estudiar, pero antes, arreglé mi uniforme y puse un poco de orden.
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El Camarero (Niam Horayne)
FanfictionNiall, el estudiante y camarero en un pequeño bar/restaurante Londres. Liam, el empresario, director y famoso productor de música. Fanfic donde se cuenta una historia de amor entre Niall y Liam.