Capitulo 12: ¿Sophia?

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Hoy sabía que Niall trabajaría, su compañera había sido muy amable en decirme su horario de trabajo. Hoy tenía una pequeña junta entre los directores, pero no me tomaría más de un par de horas. Cuando terminamos la reunión Heder se acercó a mi con un café, pero no pude aceptarselo porque no podría ir a ver a Niall. Pasé la última sesión de grabación del disco, que logramos terminar con un buen resultado. Lanzaremos un videoclip promocional y luego se usarán otras dos canciónes, para un lyric video u otro videoclip. En mi despacho Heder me avisó, por el telefonillo, que había recibido una llamada de Mery, mi criada a cargo de mi casa en Estados Unidos. Agarré el teléfono y marqué el número de mi casa, esperando que Mery contestase.

- Casa del Sr. Payne, ¿quien le llama? -Contestó Mery, la reconocí por su voz.

- Mery, soy yo, Liam.

- Sr. Liam, ¿que tal? ¿Está bien en Londres?

- Bien, muchas gracias. Pues igual que allí, lleno de trabajo. -Resoplé un poco- ¿Ha ocurrido algo? Me han confirmado una llamada tuya.

- Me alegro que se encuentre bien. Le llamaba por un pequeño incidente ocurrido el otro día.

- ¿Un incidente? ¿Ha ocurrido algo en la casa? -Dije algo preocupado.

- Su novia Sophia montó una fiesta con sus amigas en su casa, no ha habido desperfectos, pero quería preguntarle si usted sabía algo.

- No, no sabía nada. - Me quedé sorprendido, pasandome un poco la mano por la cabeza- ¿Se encuentra ahí?

- Si, se encuentra en su habitación, dormida.

- Bueno, no la molestamos, ya hablaré yo con ella. -Suspiré- Muchas gracias por decírmelo.

- Cuídese Sr. Payne.

- Tu también, muchas gracias.

Me había sorprendio la noticia de Mery, no me esperaba eso de Sophia. La otra noche había hablado con ella, pero no pensaba que montaría una fiesta en mi casa con sus amigas. Ya habíamos hecho seis meses y la confianza para decirnos las cosas era más que suficiente.

No quería destruir nuestra relación por una pequeña fiesta con sus amigas, ya que no habían hecho nada malo que yo supiera. Dejé de pensar en ello y bajé por el ascensor hasta la planta baja, para caminar hasta el bar, donde hoy podría hablar con el rubio de ojos azules. Ya en el bar miré a los lados para ver al rubio, pero no lo encontré. Me senté en la mesa de los mismos otros días, esperando a que llegase o saliera de donde estuviera. Cuando miré por la ventana lo encontré hablando con un pequeño grupo de chicas. No lo había visto fuera, quizás no me había fijado bien. Parecía que se lo estaban pasando bien, se estaban riendo y el rubio parecía gustarle hablar con ellas. El rubio miró hacia la ventana, llegando a mirarme y verme desde fuera. Aparté un poco rápido la mirada, no sabía bien por que lo hice, pero me sentía un tanto extraño. El rubio entró en el bar, acercandose a mi con su uniforme de camarero.

-¿Hoy que vas a pedir? - Me dijo sacando su libreta y su boli.

- Un café y un sándwich de jamón y queso. - Dije tras mirar la carta y dejarla de nuevo en su sitio- Cuando puedas, ¿podrías sentarte? - Le pedí educadamente, ya que no sabía si estaría ocupado.

- Claro, solo sois tres personas, no creo que entre más gente en sábado. -Me sonrió y me reí un poco por lo bajo.

Cuando volvió se sentó en frente de mi. Ninguno dijimos nada, al igual que la otra vez. Mientras me comía eo sándwich el rubio se reía mientras me miraba. Al principio no entendia muy bien el por que de su risa, pero luego lo entendí. Le miré un poco raro, pero en verdad me hacia gracia.

El Camarero (Niam Horayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora