Capitulo 14: Futuro

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Ya había llegado a Estados Unidos tras unas siete horas de vuelo. Aunque haya dormido en el avión me encuentro cansado, solo quería llegar a mi casa y descansar. La noche pasado llamé a George para que me recogiera en el aeropuerto. Salí del aeropuerto y allí estaba, esperandome fuera del coche tomando un café.

- Sr. Payne. -Me saludó acercandose a mi tras terminarse el café y tirarlo.

- Buenas noches George. -Le di la mano y luego cogió mis maletas para guardarlas en el maletero.

Le pedí llegar rápido a la casa, quería descansar y no saber de nada hasta la tarde. Cuando llegamos subí hasta a mi habitación con las maletas, dejando que George volviera a su casa. Dejé las maletas y me tumbé en la cama, quedándome dormido al poco instante mientras miraba el reloj.

Cuando me desperté ya eran las doce de la mañana, una hora tarde de la hora a la que iba a quedar con el rubio. Si estuviera allí serían cinco horas de retraso. Me levanté de la cama, me duché, me puse ropa de calle y bajé al comedor para desayunar algo. Mientras bajaba por las escaleras olía el desayuno. Me senté en la silla y Mary me trajo el desayuno. Un café, tostadas, pan y cosas para untar, como mermelada.

- Muchas gracias rubito. -Le dije a Mary, confundiendola con el camamrero.

- ¿Perdone? -Me preguntó confusa.

- Lo siento, me equivoque. Estaba pensando en una persona. -Le dí un sorbo al café.

- Pues la señorita Sophia no es rubia y tampoco es un chico... ¿Quien es ese rubito? -Me preguntó sentándose a mi lado.

- Es un chico que conocí en Inglaterra. En un bar mas o menos cerca de la empresa. -Le dije mientras untaba una tostada- Un día hablé con el y me gustó su forma de ver a los famosos. Es divertido, guapo, a veces veo como se sonroja...

- Será porque sabe que está con alguien tan famoso como usted.

- No lo sabe, le mentí. Le dije que me llamaba Max. Hoy iba a quedar con el... Pero tuve que venir aquí.

- Por la forma en que me lo ha descrito parece que le gusta ese chico señor.

- ¡¿Que?! -Grité sorprendido tras el comentario de Mary. No tenía sentido eso que acababa de decir- Eso es una locura, ¿como me puede gustar un hombre?

- Lo siento señor, perdone que se lo haya dicho, pero es lo que me ha dado a entender. -Se acercó poniendo una mano en mi frente- ¿Está enfermo? Está rojo.

- No, no estoy enfermo...

- Entonces deje de mentirme y dígame la verdad. -Volvió a sentarse en la silla.

- No estoy enamorado de ese chico, solo... Solo me ha gustado su forma de ser, aunque también es guapo, pero esto no significa que me guste. -Decia algo nervioso, notando como me subía la temperatura mientras se lo contaba a Mery.

- Claro que lo significa. -Se levantó recogiendo mi plato- La señorita Sophia se sentirá muy mal. Quizás lo que usted tiene es solo un tonteo. Nunca pensé que a usted le gustasen los hombres, con lo bueno que ha sido usted con las mujeres que ha tenid.

- Si... Será eso. -Miré el reloj y me levanté de la mesa- Muchas gracias por todo, estaba rico.

Salí de mi casa cogiendo mi coche. Pasaría por la casa de Sophia para recogerla y llevarla a algún lugar, ya que por la noche tendría que cenar con sus padres. Cuando la recogí, su padre me miraba desde la ventana del salón de su casa, con una pequeña sonrisa en su mirada. Llevé a Sophia al cine, para ver la película que ella quisiera. Había elegido una película romántica, las típicas, donde la chica conoce a un chico, se enamoran, tienen un problema y acaban juntos. Ninguna película era real, esos amores no existen. Pero a veces podría pasar de verdad.

El Camarero (Niam Horayne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora