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Iván.
Oh dios mio. Lo quiero.

Mi hermana aparca en la cochera este mediodía y me acerco a saludarla.

- Hola - musito -.

- Buenas, - mi hermana cierra la puerta delantera del audi blanco - ¿Que tal con Iván?

Me sonrojo.

- Nada, - tartamudeo - no somos nada, no sabe que le quiero.

- Oh, dios mío, ¿le quieres?

- Creía que lo sabías.

Mi hermana asegura el cierre del coche y entra a la casa.

- La comida está lista. - anuncia mi madre -.

Las dos nos acercamos sin contestar.
Mi hermana Alessia coloca las servilletas en la mesa y pregunta:

- ¿Dónde está Nicco? - Nuestra familia es de procedencia Italiana, pero hace unos años nos mudamos a España para estar junto a papá, que ahora trabaja de nuevo en italia -.

- Llegará más tarde, el ave se ha retrasado. - Informa mamá -.

Nicco es nuestro hermano. Él tiene veinte años, uno más que yo.

Él nos ha ayudado en todo, y nos ha calmado cuando hemos tenido problemas, a pesar de que Ale es la hermana mayor y tiene veintitres años, pero ahora que papá está tan lejos, Nicco es el hombre de la casa.

Son las ocho de la tarde, pero Nicco aún no ha vuelto.

Hoy cenaremos pizza.

Suena el timbre.

- ¿Quién es? - grito.

- Niccolo Batto.

- ¡Niccolo! Por fin llegaste...

Abrazo a Nicco, y él me estrecha con fuerza contra él.

- Hoy cenamos pizza - cuando estoy con él, siempre tengo el instinto de parecer la niña chica, porque me hace sentir que el es mi apoyo -.

- Mi dieta no está procesando.

- Nico - le dedico una mirada enfadada.

- ¿Que quiere señorita Batto?

- Nicco, no te hace falta dieta, ¿sabes?

Nicco está genial, va a parecer anoréxico como siga así...

A Un Beso De Tí. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora