8

40 3 0
                                    

Mi móvil está sonando.

- ¿Diga? - respondo la llamada -.

Iván.
Es esa dulce voz, la manera de respirar, todo, es él.

- Mery, ¿Qué tal? - Responde él.

- Bien... ¿Que quieres?

- Te dejaste tu sudadera en mi casa... Ya sabes, como te traje...

- Cierto... ¿Voy a recogerla?

- Si puedes sí, si no, te la puedo llevar.

- Mejor voy yo...

No quiero que mi hrmano vea a Iván, no se llevan bien, porque Iván a veces puede ser un poco posesivo.

- Pues hasta luego.

- Adiós.

Cuelgo el teléfono y suspiro. Me resulta tan dificil no dejar de respirar cuando hablo con él...

- ¿Quien llama? - Nicco baja las escaleras despacio, mientras se quita la blusa y se pone otra camiseta -.

- Era para mí. - Suspiro - Me dejé la sudadera.

- ¿Quién llama?¿Dónde te la dejaste? - Nicco puede ser un poco controlador de vez en cuando, por eso decido que es mejor callarme que voy a su casa.

- Nicco voy yo.

- No quiero que te pase nada.

- Voy a casa de una amiga... Y vuelvo en nada.

- Mentira. Vas a casa de Iván. Fuiste el otro día a una fiesta en su casa.

- Sí.

Me ha descubierto. Ahora tengo que decirle la verdad, pero puedo esperar...

- Me has mentido. Iré yo.

- No, ni se te ocurra.

- Le voy a partir la boca a ese...

- ¡Niccolo! ¡Espera!

Nicco se detiene.

- Qué quieres.

- Por favor, Iván no hizo nada. Me invitó a una fiesta y yo asistí, y me vine a casa a por mi sudadera.

- Deja de mentirme. Bebiste y él te trajo a casa.

- Sí, pero solo quería ayudar.

- Voy a ir yo, no quiero que haya nada que no tenga que haber.

A Un Beso De Tí. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora