Nos dicen que pasemos al avión.
Cruzamos el puente que separa el edificio del avión y entramos.
Pasados unos quince minutos, nos dicen que quedan diez minutos para despegar.
En un rato da el aviso de que quedan cinco minutos, que nos pongamos los cinturones.
Queda un minuto...
Se escucha a la azafata hablar con alguien de fuera. Quizás... No. Cierro los ojos y reflexiono.
« Por favor, dejeme entrar». La azafata hace un gesto. « Abre la puerta».
La persona del otro lado suspira. Hace mucho ruido al entrar...
- ¡Mery! ¡Mery!
Todo el mundo se pone de pie ante los gritos.
- ¡Mery!
Levanto la cabeza.
No me lo creo. ¡¡¡No no no nooo!!!
- ¡¡¡¡Iván!!!!
Todos se ponen de pie para abrirle paso.
Yo, al final del pasillo, corro como puedo hacia él.
- !Mery!
- ¡Iván!
Me abraza como si el mundo se acabara. Me besa. La gente en el avión empieza a aplaudir.
Me abraza más fuerte y caemos al suelo. Me da tiempo a ver de reojo a mi hermano, mientras que su expresión cambia totalmente.
No me hago daño gracias a los brazos de Iván, que me cubren perfectamente.
Nos reimos descontroladamente, acompañados de las lágrimas de felicidad que nos recorren el rostro.
Toda la gente del avión nos mira y sonríe.
Mientras él me besa el cuello, veo como mi hermano aparta la mirada de nosotros y mira a la pista a través de la ventana.
- ¡Jajaja! ¡Ahhh! ¡Para!
Me sigue haciendo cosquillas en la barrica, y yo retorciendome y pegándole patadas.
Al final, termino por pegarle din querer una patada en la pierna.
- ¡Aaaau!
- Estúpido.
- Estúpida.
Nos echamos a reir aún en el suelo.
Se incorpora y me ofrece la mano para que yo también me levante.Nos vamos a separar para sentarmos, cuando el amable señor que se sentaba a mi lado, le ofrece el asiento.
Nos sentamos, e Iván me ofrece sentarme al lado de la ventana.
- Hoy vas a ver las nubes.
Le lanzo una mirada asesina ante la indirecta. Finalmente tomo asiento y le pregunto:
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Que qué voy a hacer? No lo sé, María.
- Pero...
- Shh. Déjalo.
El piloto anuncia que vamos a despegar, y bos recuerda de ponernos los cinturones.
Me besa. Mientras despegamos me sigue besando.
El avión empieza a dar baches en la pista y nuestros dientes chocan.
- ¡Ah! - Decimos a la vez.
Nos volvemos a reir.
Me toma de la mano:
- María, no sé que voy a hacer. No se si voy a regresar a España. Me fui sin avisar en cuanto me enteré.
Pero sí que sé algo. No me voy a separar de ti, y mucho menos perderte de esta forma. Vayamos a donde vayamos iremos juntos.
No vamos a separarnos. Vamos a tener un futuro, vamos a volar juntos, sin equipaje ni certeza de qué pasará. Vamos a ver todos los atardeceres que nos quedan juntos, de la mano o abrazados, sentados sobre el jardín de nuestra casa. ¿Universidad? Bah, ya encontraremos algo que hacer. Pero estos dedos entrelazados no los separa nadie. La distancia no va meterse más en nuestros asuntos.
Tu eres mía y yo soy tuyo. Para siempre, amor. Porque siempre estaré a un beso de tí.Le echo de alguna manera la pierna por encima de la suya, él hace lo mismo y nos quedamos entrelazados.
Echo la cabeza en su hombro y cierro los ojos.
« Tú eres mía y yo soy tuyo. Para siempre, amor. Porque siempre estaré a un beso de tí. »
ESTÁS LEYENDO
A Un Beso De Tí.
RandomMery, una chica de diecinueve años. Iván, un chico de veinte. Los dos comienzan a enamorarse cuando ella llega a España, pero, ¿Y si hubiera sido en vano? ¿Y si tuviera que volver a Italia? [Corrigiendo] Poco a poco, capítulo a capítulo. NO COPIAR...