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Llego a su casa. Lydia. No está. Me siento fatal conmigo misma y necesito hablar con ella. ¿Por qué todo es tan...? ¡Injusto! ¡Todo es muy injusto!
En plenos momentos así llegan y e dicen que te separes de la mitad de tu corazón. Y a desangrarte.

– ¡Me! – Lydia llega corriendo, desmelenada y con pinta de estar ahogandose. – ¡Me!

Trago saliva e intengo decir hola, pero mi voz suena más débil de lo previsto y ella nota mi desconcierto.

– María... ¿Qué te pasa? – Me seca las lágrimas con el borde de su sudadera y me alza la barbilla, como intentando leerme en los ojos el motivo por el cual lloro.

Me abraza contra ella. Siempre me pareció simpática y es una buena amiga mía, pero ya es hora de desperdirme, y eso me daña aún más.

Simplemente, rompo a llorar.

Pasados unos minutos, comienzo a hablar:

– Escucha. – Digo, con la voz dolida. – Han llamado. De Italia. Mi madre tiene ya asegurado un trabajo allí, y nosotros... Tendremos que ir con ella.

– ¡Pero si eres mayor de edad! Y... ¡Y tienes una casa aquí... Y un coche y tu hermano... Y Iván, y todos tus amigos... ¿Cómo vas a irte ahora? – Hace una breve pausa. – Y... ¿Cuándo?

– Mañana.

– No lo puedo creer... Vas a quedarte aquí... Sí o sí. No vas a subir a ese avión Me...

Apoya la cabeza en mi hombro como si se tratase de mi hermana pequeña, como si fuese una niña en busca de algún tipo de consuelo...

– No vas a ir. Hoy te quedas en mi casa a dormir. Veremos una película y nos despediremos.

Asimilo la idea. Podría ser bueno... Así me despejaría un poco, por la mañana iría a mi casa y haría la maleta. O esta tarde... Pero tengo tiempo. Quiero despedirme de todo el mundo, pero sé que es imposible.

No estaría de más despedirme de ella. En el tiempo que lleva aquí, ha sido como una heemana pequeña, a la que veo de vez en cuando, pero es una gran amiga que no estoy dispuesta a perder.

– Sí. Me quedaré. Ahora voy a mi casa a hacer la maleta, maquillarme y podríamos salir esta noche con más gente, después volver a tu casa y ver una película. ¿Qué te parece?

– Estupendo.

A Un Beso De Tí. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora