Cosas terribles.

Capítulo 2.

Aún faltaban 4 horas de clase para salir, pero pedí permiso y salí temprano. No podía estar más en ese colegio de mierda, con esa maestra de mierda, con mis compañeros de mierda, y... con ella. Ahora lo sabe, sabe que soy lesbiana; pero no sabe que es de ella quién estoy enamorada. Un punto a favor mío.

Caminé hasta llegar a mi... dulce hogar. Saqué las llaves del bolsillo, las puse en la cerradura y abrí lo más silencioso que se me permitía. No podía dejar que mi padre me viera acá, me mataría por faltar a clases. Revisé la casa sigilosamente; él no estaba, seguramente bebía, o estaba trabajando. O las dos cosas. Sólo puedo rezar para que no venga temprano.

Subí las escaleras y entré a mi habitación, me quité la blusa y sentí un leve dolor en mi espalda. Recordé el moretón de hace unos días que tenía por culpa de mi padre, pero para él, fue culpa mía.

Flashback

Estaba tranquilamente dormida en el sofá; él llegó borracho y se sentó sobre mi. Reaccioné al instante y lo empujé, ya que estaba sentado encima de mi estomago y no podía respirar muy bien. A lo que él me miró furioso.

- ¿QUIÉN MIERDA TE CREES TÚ? - Una cachetada. Esa cachetada hizo que volteara mi rostro, luego lo toqué. Iba a voltear a ver a mi padre, pero fue tarde, ya estaba recibiendo un golpe en la boca del estómago que me hizo caer. – ESTA ES MI CASA. – Me pegó una gran patada en la espalda, sólo respondí con un quejido de dolor. – Ojalá así aprendas a respetarme.

Me arrastré hasta llegar a las escaleras, pero mucho antes había visto como él se sentaba, prendía la TV y se disponía a beber la cerveza que había traído de la cocina. Maldito bastardo. Lo odio.

Traté de levantarme, pero era inútil. Volvía a caer una y otra vez; me dolía mucho la espalda y no podía respirar bien por el golpe del estómago. Me quedé un rato en el suelo esperando a que se me pasara un poco el dolor. Ya pasado, subí las escaleras con dificultad. Entré a mi habitación, me quité la blusa, me vi al espejo y vi el gran moretón que tenía en el estómago, no podía imaginar en la espalda...

Volteé y lo vi. Tenía un moretón del tamaño de toda mi espalda, pero en el lado izquierdo, donde me había golpeado era donde más se veía el moretón, morado y alrededor de éste estaba todo rojo. ¿Cómo me pateaba tan fuerte? ¿Tenía una pierna de acero?

Me puse la blusa de nuevo, y me dispuse a dormir. Dormí bocabajo, ya que el moretón de la espalda dolía más que el del estómago.

Fin de Flashback.

Fui a la cocina a tomar algo. Iba en ropa interior, de igual manera estaba sola. Abrí el refrigerador y saqué una cerveza. Mi padre no me dejaba tomar ninguna cerveza que era de su propiedad, pero me importaba una mierda. Abrí la lata y empecé a beber; y tocaron el timbre. Sabía que no era mi padre, ya que él siempre tenía llaves o tocaba fuerte a tal punto de querer destrozar la puerta. Así que me puse una camisa larga que tenía en el sofá y fui a abrir. Oh por Dios, no puede ser.