Emily.
Cada vez me gusta más todo de ella. Sus ojos verdes, su piel canela, su cabello oscuro, sus labios... Ese piercing en la nariz, el mismo que yo tengo, hace que se vea más hermosa. Su sonrisa, su dulzura, su timidez conmigo, su ira. TODO de ella me fascina. ¿Cómo le digo que me encanta?
Hoy me llamaron del colegio, ya habían limpiado el derrame químico del laboratorio así que ya debíamos ir. Le tendría que decir a Casey, pero está dormida y se ve preciosa durmiendo en el sillón.
Fue hermoso cuando lo conocí, pero fue doloroso ver su mirada triste y ni una pizca de felicidad en ella. Entré al lugar donde un amigo me había citado, para beber y esas cosas. Estuve a punto de no ir, no soy demasiado fanática del alcohol. Ahora me siento feliz de haber ido a ese lugar.
Encontré a una persona que me hace feliz con tan sólo sonreír, o simplemente estar ahí.
Casey empezó a moverse hasta que por fin abrió sus ojos. Lo primero que hizo fue buscarme con la mirada y cuando me encontró puso una de las mejores sonrisas que he visto.
- Buenos días. – Me dijo con voz ronca mientras se rascaba los ojos.
- Buenas tardes. – Sonreí.
- ¿Qué hora es? – Quitó las manos de sus ojos y me miró con los ojos muy abiertos.
- Son las dos de la tarde. – Le dije mientras me levantaba e ir hacia ella para darle un beso en la mejilla.
- Oh, mierda. ¿Ya comiste? – Se levantó, no sin antes sonreír por mi acción. Cogió la toalla que le presté y se paró al frente de mi.
- No, estaba esperando a que te levantaras; por cierto, haces pucheros cuando estás dormida. – Reí, ver esa imagen de Casey me causaba demasiada ternura.
Se sonrojó y se tapó la cara con las manos, me acerqué lentamente y mientras tomaba sus muñecas le quitaba las manos de la cara lentamente.
- No lo hagas. – Hacía fuerza para no quitarse las manos.
- ¿No hacer el qué? – Trataba de quitárselas pero no quería ceder. Se veía una sonrisa en su rostro cada vez que separaba sus manos de su rostro.
- Odio que me vean sonrojada. – Yo sólo sonreí.
- Déjate o tendré que obligarte. – La solté de las muñecas para empezar a tocarle el cuerpo y hacerle cosquillas. Ella reía estrepitosamente, me encantaba.
Tuve que parar porque se le dificultaba respirar, se hizo en cuclillas y trataba de hacerlo. Corrí a la habitación en la cual dormía, agarré el inhalador y fui corriendo hacia ella de nuevo, agachándome al estar frente a ella. Se lo puse en la boca y lo apreté; luego de eso separé el inhalador lentamente y me fijé en sus labios... Estaban rojos, provocándome besarlos. Alcé un poco la mirada y ella me miraba a los ojos, parecía que quisiera decirme algo; bajó su mirada a mis labios y luego a mis ojos. Respiraba agitadamente. Un silencio se apoderó de la habitación, sólo se escuchaba la respiración de ambas.
- Emily, yo... – Ella iba a decir algo, pero cerró la boca.
- ¿Tú qué? – Estaba curiosa por lo que diría.
- Iré a bañarme, supongo que tú ya lo hiciste. – Se levantó y me miró.
- En realidad no. Ve, yo lo haré luego. – Estaba realmente decepcionada, ella iba a decir algo y simplemente lo calló.
Me senté en el sillón y prendí la tv, tratando de evitar la mirada de Casey. Se quedó ahí por unos segundos mirándome, y se fue.
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Cosas terribles.
Rastgele''...En serio creo que tú fuiste la cosa mas maravillosa que me paso'' Palabras de Casey a Emily. No te enamores, hay mucho que perder Si te das la oportunidad, te pido que elijas Caminar lejos, caminar lejos, no dejes que te alcance. Casey Ledford...